Verba volant, scripta manent

domingo, 14 de abril de 2019

Yasuke, un samurai negro en el Japón del siglo XVI

Sumō yūrakuzu byōbu (Anónimo, c. 1605)

Los primeros africanos en llegar a Japón fueron esclavos africanos que formaban parte de la tripulación de la expedición portuguesa bajo el mando del capitán Jorge Álvarez que llegó a costas niponas en 1546. Su presencia en tierras japonesas no pasó por lo general de ser anecdótica, pero hubo un caso en el que uno de estos extranjeros de color alcanzó relevancia y popularidad, convirtiéndose en parte del folclore popular japonés: me refiero a Yasuke.

Yasuke llegó a Japón en 1579, estando al servicio del jesuita italiano Alessandro Valignano, nombrado unos años antes visitador (inspector) de las misiones jesuitas en Extremo Oriente. Su origen y su verdadero nombre aún son objeto de discusión. Tradicionalmente, se ha dicho que Yasuke era originario de Mozambique; así lo afirma el historiador jesuita François Solier en su Histoire Ecclesiastique Des Isles Et Royaumes Du Japon (1627). Una investigación llevada a cabo en 2013 por un programa de la televisión japonesa sugería que Yasuke pertenecía a la etnia makua (el principal grupo étnico de Mozambique) y que su verdadero nombre sería Yasufe o Issufo, aunque por aquel entonces los makua apenas habían tenido contacto con los portugueses. Otros sugieren que pertenecía a los Yao, con lo que su nombre se habría formado uniendo a su origen el sufijo masculino japonés -suke (Yao-suke, Yasuke).

Afro Samurai, manga de Takashi Okazaki cuyo protagonista está basado en la figura de Yasuke
Otra teoría habla de un posible origen etíope, suponiéndole miembro de la tribu Siddi; su nombre se derivaría del nombre etíope Yisake (o del apellido Yasufe, también originario de Etiopía) o bien del portugués Isaque (Isaac). Y también se ha propuesto que pudiese haber sido un Dinka de Sudán del Sur, más que nada por sus características físicas (elevada estatura y tono de piel de un negro muy intenso).

A principios de 1581 un grupo de jesuitas, encabezados por el portugués Luís Fróis, visitaron a Nobunaga Oda, uno de los daimyo (señor feudal) más poderosos de Japón, con el que Fróis mantenía una buena amistad desde hacía años. Yasuke los acompañaba, y su aspecto impresionó a Nobunaga y a los suyos. Así se menciona al africano en la "Crónica de Lord Nobunaga": "El 23º día del segundo mes (23 de marzo de 1581) llegó un criado negro de los países cristianos. Era un hombre saludable y de buena educación, y Nobunaga alabó su fuerza. El sobrino de Nobunaga le obsequió una suma de dinero tras este primer encuentro". Nobunaga quedó profundamente impresionado por el aspecto de Yasuke; tanto que, como contaría Fróis más tarde, hizo que sus hombres lo desnudaran de cintura para arriba y le frotaran la piel con fuerza, creyendo que alguien lo había teñido con tinta como broma. Cuando se convenció de que ese era el color natural de su piel, quedó muy sorprendido y tomó interés en él.

Nobunaga Oda (1534-1582)
Los jesuitas y Yasuke partieron de los dominios de Nobunaga en mayo, rumbo a la provincia de Echizen, donde se entrevistarían con otros daimyos como Hidekatsu Hashiba (hijo de Nobunaga Oda) y Katsuie Shibata. Más tarde regresarían a la capital, Kyoto. En un momento y circunstancias no determinados, pero no mucho después de aquel primer encuentro, Yasuke entró al servicio de Nobunaga. Su nuevo señor mostró gran predilección por él, hizo que recibiera entrenamiento militar y le enseñó los fundamentos del bushido, el código de honor de los samurais. Y Yasuke se convirtió en uno de los más poderosos guerreros a su servicio. Con una presencia física imponente (medía en torno al metro noventa y tenía una fuerza física colosal), los cronistas de la época decían de él que valía por diez soldados japoneses. Convertido en el hombre de confianza de Nobunaga, quien le concedió una residencia propia y una katana ceremonial (lo que le reconocía como samurai), y el título de "portador de armas", mantenía frecuentes conversaciones con su señor, lo que parece indicar que Yasuke poseía un notable dominio del idioma japonés, ya que no hay constancia de que Nobunaga hablara portugués o de que Yasuke hablara chino, lengua franca por aquel entonces en todo el sudeste asiático.

Yasuke tomó parte a las órdenes de Nobunaga Oda en combates como la batalla de Tenmokuzan, contra el clan Takeda. Hasta que en junio de 1582, Nobunaga Oda fue traicionado por uno de sus aliados, Mitsuhide Akechi, que le forzó a cometer suicidio mediante el rito del sepukku. Tras la muerte de Nobunaga y de su hijo mayor, Nobutada, Yasuke se puso a las órdenes del heredero del clan Oda, el hijo de Nobutada, Hidenobu, que por entonces era solo un niño, y siguió combatiendo a las tropas de Akechi hasta que fue capturado. Akechi, sin embargo, le perdonó la vida. Hay dos versiones opuestas sobre este perdón: unos dicen que se debió a la admiración de Akechi por su fuerza, valor y lealtad; otros, por el contrario, porque opinaba que a Yasuke no se lo podía considerar como un ser humano. Sea como fuere, Yasuke fue enviado de vuelta a Kyoto, de regreso con los jesuitas. No se sabe con certeza qué fue de él después de eso; la tradición dice que acabó regresando a su país natal, donde viviría en paz el resto de su vida.


No se conocen retratos de Yasuke pintados en su época. En el Museu do Caramulo (Tondela, Portugal) se conserva un tintero, decorado por el pintor japonés Rinpa en torno a 1590, donde aparece un hombre negro vestido a la usanza de la clase alta portuguesa, que se cree puede tratarse de Yasuke. Asimismo, en el Museo de Sakai City se halla un biombo decorado de principios del siglo XVII, donde dos hombres (uno de ellos de piel negra) disputan un combate de sumo en presencia de un noble. Se ha sugerido que el combatiente negro podía ser Yasuke y el noble, Nobunaga Oda (cuya afición al sumo es bien conocida).

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