Verba volant, scripta manent
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domingo, 20 de abril de 2025

Fotografías históricas (XXII)

 

El torero y escritor Ignacio Sánchez Mejías, famoso por su amistad con los miembros de la Generación del 27, vela el cadáver de su cuñado y amigo íntimo José Gómez Ortega, Joselito, que acaba de morir corneado por un toro llamado Bailador. Talavera de la Reina, 16 de mayo de 1920.


Edward "Ned" Maddrell (1877-1974) es considerado el último hablante nativo del idioma gaélico manés (el idioma céltico propio de la isla de Man). Aunque tras su muerte el manés se consideró extinto, en las últimas décadas tanto las autoridades como los propios habitantes de la isla se han esforzado en recuperarlo.


"Las hadas de Cottingley". Entre 1917 y 1921 dos jóvenes primas llamadas Elsie Wright (nacida en 1901) y Frances Griffith (1907) tomaron varias fotografías en la localidad inglesa de Cottingley (West Yorkshire), donde residían, en las que aparecían acompañadas de hadas, similares a las de los cuentos infantiles. La publicación de las fotografías alcanzó una gran repercusión y mucha gente (entre ellos el célebre escritor sir Arthur Conan Doyle) las dio por verdaderas. No fue hasta 1981 en que las dos primas, ya ancianas, reconocieron haber falsificado las fotografías, usando recortes de papel prendidos con alfileres.


650 veteranos de la Primera Guerra Mundial rinden homenaje a los caballos muertos durante el conflicto (Camp Cody, Nuevo México, 1919).


El punto azul pálido. El 14 de febrero de 1990 la sonda Voyager 1 tomó la foto más lejana jamás tomada del planeta Tierra. En aquel momento se encontraba a más de seis mil millones de kilómetros de distancia, y la Tierra aparece como un diminuto punto azul en mitad de la inmensidad del espacio.



La llamada tormenta de polvo del Domingo Negro fue una de las peores tormentas de polvo de la historia de los EEUU. Tuvo lugar el 14 de abril de 1935, afectando a los estados de Oklahoma y Texas y se estima que desplazó del orden de 300000 toneladas de tierra y polvo, causando un número indeterminado de muertos, y provocando el inicio del éxodo de miles de habitantes de las zonas afectadas hacia California en los meses siguientes.


El bibliotecario y arqueólogo Manuel Esteve Guerrero (1905-1976), director de la Biblioteca Municipal de Jerez, posa con un casco corintio de bronce (siglo VI a. C.) hallado a orillas del río Guadalete (1938).


A finales de 1899 y principios de 1900, para luchar contra un brote de peste bubónica, las autoridades de Honolulu decidieron quemar los edificios del barrio de Chinatown donde se hubieran producido casos. Uno de estos incendios, sucedido el 20 de enero de 1900, quedó fuera de control y se extendió a los edificios cercanos, permaneciendo activo durante diecisiete días y arrasando la mayor parte del barrio. Centenares de personas (fundamentalmente inmigrantes chinos y japoneses y nativos hawaianos) perdieron sus hogares y fueron realojados a la fuerza en campos de retención para prevenir nuevos brotes.



Hombre con una punt gun o escopeta de barca (c. 1900). Las punt gun son escopetas de gran tamaño que tradicionalmente se utilizaban para cazar aves acuáticas, pudiendo abatir hasta cincuenta ejemplares con un solo disparo. Aunque en EEUU su posesión y uso todavía es legal en algunos estados, las leyes federales prohíben su uso para cazar aves acuáticas migratorias.



La legendaria tiradora Annie Oakley (1860-1926) dispara por encima de su hombro utilizando un espejo (c. 1890).


El 12 de octubre de 1960 un estudiante de 17 años llamado Otoya Yamaguchi, de ideología ultranacionalista, apuñaló con una wakishazi o espada corta tradicional al político Inejirō Asanuma, líder del Partido Socialista de Japón, durante un debate electoral. Asanuma murió poco después a causa de la hemorragia, y Yamaguchi se ahorcó en su celda tres semanas después.


Richard "Dick" Bong (1920-1945) fue un condecorado piloto norteamericano que acreditó 40 aviones japoneses derribados en el frente del Pacífico, el mayor número de derribos conseguidos por un piloto estadounidense en la Segunda Guerra Mundial. Murió el 6 de agosto de 1945, el mismo día en el que se arrojaba la bomba atómica sobre Hiroshima, al estrellarse en Burbank (California) mientras probaba un caza a reacción P-80 Shooting Star.


domingo, 16 de julio de 2023

La desaparición de la Honjō Masamune

Masamune (c. 1264-1343)

Masamune Ozaki (c. 1264-1343), también llamado Gorō Nyūdō Masamune, ha pasado a la historia como el más grande de los espaderos de la historia de Japón. Aunque se desconocen muchos aspectos de su vida, se cree que trabajó en la provincia de Sagami (en lo que hoy es la prefectura de Kanagawa, en el centro de la isla de Honshu) y formó parte de la llamada Escuela Sōshū. Fue discípulo de Shintōgo Kunimitsu, uno de los fundadores del estilo Sōshū, que él llevó a su máxima perfección.

Hasta entonces, el principal defecto de las espadas japonesas era su fragilidad; no era raro que una espada se rompiera durante un combate. Para remediarlo, Masamune desarrolló una nueva técnica que utilizaba un acero más rico en carbono, con el que forjaba hojas de múltiples capas, que eran calentadas a altas temperaturas y luego enfriadas rápidamente. Las espadas de Masamune eran típicamente más anchas y con una curvatura más pronunciada, con un filo duro y resistente y un canto flexible, capaz de detener el golpe de un arma enemiga sin romperse. Además de por su excepcional calidad, sus espadas eran altamente valoradas por la belleza de los patrones que el forjado dejaba en las hojas. Casi nunca firmaba sus obras; solo se conocen unas pocas de sus espadas firmadas, y aún de estas se sabe que no todas las firmas son legítimas y que varias de ellas fueron añadidas más tarde para aumentar su valor. Su obra sería continuada a posteriori por discípulos suyos como Saemonzaburo, Saeki Norishige o su hijo Hikoshiro Sadamune, aunque su técnica acabaría perdiéndose en torno al siglo XVI.

Ishida Masamune (Museo Nacional de Tokyo)

Las espadas de Masamune eran tan apreciadas que a menudo tenían nombre propio (generalmente, el del propio Masamune con el de alguno de sus propietarios) y se convertían en valiosas herencias familiares o se vendían por grandes sumas de dinero. Una de estas espadas estaba en poder de un general llamado Umanosuke, que a las órdenes del daimyō Takeda Shinden se enfrentó a las tropas del poderoso daimyō Uesugi Kenshin el 10 de septiembre de 1561, en la llamada Cuarta Batalla de Kawanakajima. En plena batalla, Umanosuke atacó a Honjō Shigenaga, general de las tropas de Kenshin. La Masamune de Umanosuke partió en dos el casco de Shigenaga, pero este logró matar a su rival, quedándose con su espada como botín. A partir de entonces, la espada pasó a ser conocida como la Honjō Masamune.

Años más tarde, debido a sus problemas económicos, Shinenaga vendió la espada por la suma de trece Mai (monedas de oro) a Toyotomi Hidetsugu, un daimyō sobrino de Toyotomi Hideyoshi, uno de los hombres más poderosos de su época y considerado el unificador de Japón. Cuando Hidetsugu murió (ejecutado con toda su familia por orden de su tío), la espada pasó a manos de Hideyoshi, quien se la cedió brevemente a su aliado Shimazu Yoshihiro, para luego recuperarla. Cuando a su vez Hideyoshi murió, la espada pasó a manos de la familia Tokugawa, que acababa de acceder al cargo de Shōgun. Tokugawa Ieyasu, primer Shōgun del shōgunato Tokugawa, la legó a su hijo Tokugawa Yorinobu, y de este pasó a su sobrino nieto Tokugawa Ietsuna, cuarto shōgun Tokugawa. A partir de ese momento, la espada pasaría de shōgun a shōgun, convertida en uno de los símbolos del poder de los Tokugawa. Incluso después de la abolición oficial del shōgunato en enero de 1868, la familia Tokugawa siguió siendo una de las más ricas y poderosas de Japón. La Honjō Masamune, que seguía perteneciendo a la rama Kii de los Tokugawa, fue declarada en 1939 Kokuhō (Tesoro Nacional) de Japón.

Tokugawa Ieyasu (1543-1616)

Y así pasamos a 1945. Tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, el país queda bajo la ocupación de las fuerzas aliadas, dirigidas por el general norteamericano Douglas MacArthur. Una de las primeras disposiciones de MacArthur fue la de que los japoneses debían entregar todas sus armas, incluidas sus espadas. TODAS las espadas, sin hacer distinciones, tanto las más modernas, de escaso valor (durante la guerra los japoneses habían fabricado más de dos millones de espadas para repartirlas entre sus oficiales, como símbolo de orgullo nacional), como las antiguas, obras insustituibles de cientos de años de antigüedad. Muchas de esas espadas fueron destruidas, y otras muchas repartidas como trofeo de guerra entre los soldados aliados por orden directa de MacArthur. 

Tokugawa Iemasu (1884-1863)

Entre aquellos a los que se les ordenó entregar sus armas estaba el entonces jefe del clan Tokugawa, el kōshaku (príncipe) Tokugawa Iemasa, un distinguido político, miembro de la Cámara de los Pares. Iemasa pudo haber escondido sus espadas, como habían hecho otras familias aristocráticas, pero consideró que debía dar ejemplo, y en diciembre de 1945 entregó quince espadas, todas ellas ejemplares únicos de inmenso valor histórico y artístico, entre ellas la Honjō Masamune, en una comisaría del distrito tokyota de Mejiro. Es la última vez que se tiene noticia de la espada. Poco después el general MacArthur rectificaba sus órdenes sobre las espadas, autorizando la conservación de aquellas que tuvieran valor histórico. Un buen número de ellas fue salvado de su destrucción (un solo experto del Museo Nacional de Tokyo logró rescatar más de cinco mil espadas de valor histórico), paliando algo el terrible daño contra el patrimonio cultural de Japón. Pero la Honjō Masamune no estaba entre ellas. Según los registros de la comisaría, aquellas espadas habían sido entregadas a un sargento del Séptimo de Caballería llamado "Coldy Bimore". Sin embargo, aunque es cierto que el Séptimo de Caballería estuvo destinado en el área de Mejiro, no había ningún "Coldy Bimore" entre sus miembros, con lo que aquella pista parecía un callejón sin salida.

No fue hasta décadas más tarde, tras minuciosas investigaciones, que se dedujo que, con toda probabilidad, aquel "Coldy Bimore" era en realidad Cole D. B. Moore (evidentemente, el funcionario japonés responsable se había limitado a registrar el nombre según su pronunciación), un soldado originario de Wilcox County (Georgia). No era un sargento, sino un técnico de nivel T4 (a los que se les llamaba "sargentos" porque lucían insignias similares) adscrito a la Foreign Liquidation Commission for AFWESPAC (Comisión de Liquidaciones Extranjeras de las Fuerzas Armadas-Pacífico Oriental). El soldado Moore había sido licenciado en abril de 1946 y regresado a su hogar, pero poco más se pudo averiguar. Para cuando se le identificó, Moore ya había muerto y los registros de su servicio en el ejército habían desaparecido en un incendio sucedido en 1973 en los archivos del Centro Nacional de Registros de Personal de las Fuerzas Armadas norteamericanas. 

No hay manera de saber qué hizo Moore (si realmente había sido él) con la Honjō Masamune. Si la destruyó, la vendió o (como sospechan algunos) se la llevó como recuerdo de vuelta a EEUU. La familia de Moore se han negado a responder a cualquier clase de pregunta relacionada con su servicio durante la Segunda Guerra Mundial y a colaborar con las distintas investigaciones sobre el paradero de la espada.

Oshigata

No existen imágenes conocidas de la  Honjō Masamune. La única manera de identificarla sería mediante su hamon, una línea irregular a lo largo de la hoja, fruto del proceso de enfriado del filo, y que es característico de cada espada. El oshigata (una copia del hamon en papel) de esta espada se mantendría oculto para evitar intentos de falsificación.

viernes, 2 de abril de 2021

Tres amigos, un cobertizo y un montón de rifles



A principios de la década de 1980 el ejército británico convocó un concurso para sustituir los fusiles de francotirador que utilizaban sus tropas, que eran modificaciones de los vetustos fusiles de cerrojo Lee-Enfield, algunos de los cuales databan de los años 50. De entre los numerosos modelos presentados al concurso, el finalmente elegido fue el L96A1 presentado por la empresa Accuracy International, que venció por un amplio margen a su rival más cercano, el Parker Hale M85. Se trataba de un arma novedosa, construida con un chasis de aluminio al que van acoplados el resto de elementos. En las pruebas demostró una precisión extraordinaria y una resistencia igualmente destacable; el fusil mantenía su precisión incluso con el cañón helado, caliente o sucio.

Lo que el ejército británico no sabía era que detrás de aquel ostentoso nombre de Accuracy International había una pequeña empresa fundada en Portsmouth un par de años antes por tres amigos aficionados al tiro al blanco (uno de ellos había sido incluso medalla de oro en las Olimpiadas) y que construía sus rifles de manera artesanal en un taller instalado en un cobertizo propiedad de uno de ellos. En realidad, como ellos mismos admitirían tiempo después, jamás habían pensado que tenían verdaderas opciones de que su fusil fuera el vencedor. Entraba dentro de sus planes convertirse en proveedores del ejército, pero no tan pronto. Se habían presentado al concurso sencillamente buscando mejorar el diseño, gracias a la información obtenida tras la eliminación de su fusil; así podrían saber sus debilidades y mejorarlas. Su victoria les había pillado totalmente por sorpresa.

Obviamente, no estaban preparados para producir fusiles en un número tan elevado como el que iba a necesitar el ejército, así que de inmediato se pusieron manos a la obra en busca de nuevas instalaciones, maquinaria y personal para comenzar la producción a gran escala. Y en esas estaban cuando les llegó una noticia inquietante: el ejército iba a enviar a un par de oficiales para efectuar una inspección formal de sus instalaciones. Temieron, con razón, que si el ejército se enteraba de las dimensiones reales de su empresa, les rescindieran el contrato. Así que tuvieron que improvisar sobre la marcha.

Accuracy International Arctic Warfare 

Alquilaron un taller completamente equipado y colocaron en él todos los fusiles que tenían, tanto los terminados como los que estaban en distintas fases de fabricación, para dar la impresión de una factoría a plena producción. Cuando los representantes del ejército llegaron y quisieron saber donde estaban el resto de los trabajadores, les dijeron sencillamente que "habían salido a comer". Los tres miembros de AI (los únicos trabajadores que tenía la empresa en plantilla por aquel entonces) les mostraron a los militares el taller y sus armas, los distintos modelos en los que estaban trabajando, dejándolos gratamente impresionados. Cuando finalizó la visita y estaban a punto de irse, les preguntaron a los inspectores si la visita había sido de su agrado. Oh, si, por supuesto, les respondieron. En realidad esta inspección es más una formalidad que otra cosa. Ya sabéis, para confirmar que sois una empresa solvente y no tres tipos en un cobertizo.

En la actualidad, Accuracy International es una de las empresas punteras en la fabricación de armas de precisión. De su fusil Accuracy International PM (Precisión Marksman), más tarde renombrado como Accuracy International AW (Artic Warfare) a raíz de la fabricación de una versión para el ejército sueco adaptada para el combate a bajas temperaturas, se han vendido miles de unidades y sigue siendo utilizado, en sus distintas versiones, por ejércitos y cuerpos de seguridad de todo el mundo. También existen versiones "civiles" concebidas para la caza.

Uno de los fusiles de AI, un L115A3 (una versión mejorada del AIAW adaptada para utilizar munición .338 Lapua Magnum) ostenta en la actualidad el record mundial de distancia para un enemigo abatido por un francotirador: 2475 metros, conseguida en Afganistán por el teniente británico Craig Harrison del Regimiento Blues and Royals que abatió a dos talibanes a esa distancia en noviembre de 2009.