Verba volant, scripta manent

viernes, 19 de febrero de 2010

La paternidad de Tutankamón: And the winner is...

Tutankamón, sin duda alguna uno de los faraones más populares, aunque su no por su importancia histórica (sólo gobernó unos meses y su relevancia fué nula) sigue dando que hablar. Un estudio de ADN al que fué sometida su momia y otras 15 momias de la misma dinastía y cuyos resultados han sido hechos públicos recientemente, han dejado al descubierto algunos de los puntos oscuros que todavía había sobre su vida. A parte de confirmar que el chico (tenía 19 años cuando murió) padecía malaria y varios desórdenes genéticos que le provocaban debilidad ósea y problemas para caminar, también se ha identificado a su padre como la momia que tradicionalmente ha sido atribuída a Amenofis IV, también llamado Akenatón, con lo que el joven faraón habría sido a la vez hijo y yerno de Akenatón, cosa bastante común entre los faraones. Para complicar las cosas, también se ha identificado a su madre como la momia KV35L, a la que algunos identifican como la mítica Nefertiti, esposa principal de Akenatón, y otros como una princesa de la misma dinastía que pudiera haber sido incluso hija de Akenatón y Nefertiti (con lo que Tutankamón sería a la vez hijo, nieto y yerno de Akenatón). Y yo que creía que ya era complicada la genealogía la familia de Julio Iglesias...

martes, 9 de febrero de 2010

Un dinosaurio con plumas... de colores


Por primera vez, un grupo de paleontólogos ha logrado reconstruir no sólo la disposición sino también el color de las plumas de un dinosaurio. Se trata del Anchiornis huxleyi, un pequeño dinosaurio jurásico de unos 30 cm. de largo y unos 150 millones de años de antigüedad, y cuyos restos fueron hallados el año pasado en un yacimiento chino. La reconstrucción ha sido posible gracias al análisis microscópico de los melanosomas (orgánulos celulares que contienen melanina) y el sorprendente resultado muestra a un animal con una llamativa cresta naranja y el cuerpo cubierto de plumas blancas y negras.

 

sábado, 6 de febrero de 2010

La rectificación de The Lancet

Hace apenas unos días, la revista médica más antigua del mundo, y seguramente una de las más prestigiosas, la británica The Lancet, publicaba una rectificación oficial de uno de los artículos más polémicos de su historia: el publicado en 1998 en el que un oscuro investigador llamado Andrew Wakefield (nebulo quidam) que vinculaba la aparición de autismo en niños con la administración de la vacuna triple vírica, apuntando más concretamente al timerosal, una sal de mercurio empleada como conservante en las vacunas. Lo cierto es que dicho estudio fué cuestionado de inmediato; enseguida investigadores cualificados dejaron al descubierto las numerosas irregularidades que han llevado recientemente (28 de enero de este mismo año) a que el Consejo General Médico del Reino Unido declarara incorrectas sus conclusiones: además de una muestra insuficiente (un estudio de este calado necesita muchos pacientes más de los 12 que tenía), no informó de sus procedimientos, ni contaba con la aprobación del comité local de ética. Más tarde se sabría que Wakefield había recibido una generosa donación económica de un grupo de padres de niños autistas que pretendían denunciar a la industria farmacéutica y querían usar su estudio como prueba.
Desgraciadamente, el daño estaba hecho: el estudio de Wakefield desató una ola de pánico no sólo entre los británicos, sino en todo el mundo. Sólo en el Reino unido, en un sólo año la tasa de niños vacunados descendió del 92% a menos del 80. Los casos de sarampión pasaron de apenas medio centenar en 1998 a más de 1300 el año pasado, incluídos dos casos mortales. Además sirvió de punto de partida a un demencial movimiento anti-vacunas, empeñado en que las vacunas alteran el sistema inmunológico (y en realidad, eso es lo que hacen, pero para bien), o tienen efectos secundarios, o son un gran montaje para que las grandes farmacéuticas sigan ganando dinero. Y no les importa poner en peligro la salud (y la vida) de sus hijos.

viernes, 5 de febrero de 2010

Curiosidades sobre los gatos

1- Los gatos para poder caer de pie, necesitan de una altura mínima de 20 cm, para darse vuelta en el aire.
2- La aspirina, como muchos otros medicamentos comunes, puede matar a un gato. En el caso de los persas y otras razas de nariz ultra corta, darles vaselina puede llegar a causarles complicaciones graves.
3- Todos los gatos genéticamente son barcinos (agutí), es decir, con rayas y manchas de color, si bien en algunos este gen esta encubierto por otros (ej. el gen del siamés, albino, etc.). Si estos no están, se puede ver en el ángulo externo del ojo la Línea Felina, una raya oscura que poseen todos los grandes gatos (leones, tigres, linces etc.).
4- Tanto el pelaje tricolor (calicó) como el rojinegro (tortie) se dan casi exclusivamente en hembras; verlos en un macho sería una anomalía genética muy rara.
5- Los gatos de raza Manx carecen de cola, mientras que los japoneses Bobtail apenas tienen un pequeño muñón.
6- Para los gatos los sonidos agudos son amistosos, mientras que los graves son agresivos. Por esto un buen nombre de gato debería llevar varias íes (Michi). Lamentablemente en los países de habla inglesa, el nombre mas común es uno contraindicado (Tom).
7- La raza Esfinge se caracteriza por la ausencia total de pelo, si bien tienen una pelusa que solo se observa muy de cerca. Al llegar a la pubertad pueden aparecer algunas manchas de pelo ralo.
8- La raza mas pesada es el Maine Coon, llegando a pesar 10 Kg, mientras que la variedad enana de los siameses apenas 1,5 Kg.