Verba volant, scripta manent

sábado, 24 de abril de 2010

¡Feliz cumpleaños!

Hoy se cumplen exactamente 20 años de la puesta en órbita del telescopio espacial Hubble. Un proyecto que en sus inicios tuvo que soportar muchas críticas y problemas técnicos (un defecto de fabricación del espejo principal obligó a una complicada reparación poco después de su lanzamiento), pero que se ha convertido en un hito emblemático del conocimiento humano y sigue proporcionando cantidades ingentes de datos sobre este universo del que conocemos tan poco. ¡Felicidades!

El MATRIX: un paso más hacia Star Wars

Desde hace años (sobre todo, desde la saga Star Wars) estamos acostumbrados a ver en el cine armas de rayos como si fuera lo más normal del mundo. Pero esas armas ya están a punto de ser una realidad en el mundo real. Y esa realidad tiene un nombre: MATRIX.
MATRIX son las siglas de Mobile Active Targeting Resource for Integrated eXperiments. Se trata ni más ni menos que un potente láser antiaéreo fabricado por la división armamentística de la empresa norteamericana Boeing. Es una evolución de un proyecto anterior de la Boeing, el Airbone Laser, desarrollado para la eliminación de misiles en pleno vuelo. Este MATRIX ha demostrado una precisión y efectividad inesperadas: en una demostración que tuvo lugar el pasado noviembre en la base de China Lake (California), uno de estos cañones fué capaz de derribar cinco aviones no tripulados que ejercieron de señuelos, cada uno de un sólo disparo, y sin necesidad de mover el camión donde estaba instalado. Si esta fiabilidad se confirma, muy posiblemente cambie la forma de entender la guerra que tenemos hasta ahora.

sábado, 10 de abril de 2010

Stanislav Petrov, el hombre que salvó el mundo


A lo largo de la historia de la humanidad, ha habido personas trascendentales, que han cambiado su discurrir para bien o para mal. Sin embargo, pocos ha habido de los que se pueda decir fehacientemente que han salvado el mundo, o al menos evitado una catástrofe extraordinaria que habría suspuesto el fin de la vida humana tal y como la conocemos. Y Stanislav Petrov es sin duda uno de ellos.
La madrugada del 23 de septiembre de 1983, el teniente coronel soviético Stanislav Yevgrafovich Petrov estaba al mando del Serpújov-15, el bunker donde se localizaba el centro de control de la inteligencia militar que controlaba la defensa aeroespacial de la URSS, a unos 100 km. de Moscú. No era uno de los oficiales habituales de ese puesto, una serie de casualidades habían hecho que ese día estuviese designado allí. Eran días turbulentos: menos de un mes antes, la aviación comunista había derribado un Boeing 747 coreano (el tristemente famoso vuelo 007 de Korean Airlines) que había penetrado en el espacio aéreo soviético, matando a sus 269 pasajeros (incluídos varios norteamericanos). Como respuesta, la OTAN había iniciado un ejercicio militar que el KGB interpretaba como los preliminares de un ataque. Esa madrugada, poco después de medianoche, un satélite de la red de alerta OKO detectó el lanzamiento de un misil balístico intercontinental desde una base norteamericana en Montana, dirigido hacia la URSS. Las órdenes de Petrov indicaban que debía advertir a sus superiores para que estos diesen vía libre al contraataque. Sin embargo, el teniente coronel no lo hizo. Le parecía raro que los norteamericanos hubieran lanzado un sólo misil, y además estaba al tanto de ciertas peculiaridades técnicas del sistema de alerta OKO que lo hacían poco fiable. Por ello decidió esperar. Minutos después, los ordenadores detectaron cuatro nuevos lanzamientos, pero a Petrov le siguieron pareciendo pocos. Como él mismo dijo, "¿Quién empieza una guerra con cinco misiles, teniendo miles a su disposición?". Y decidió esperar.
Menos mal que lo hizo. Todo había sido una falsa alarma. Una rara conjunción astronómica entre el Sol, la Tierra y el propio satélite que dió la alarma había sido la responsable de la errónea apreciación del satélite, que había interpretado como lanzamientos de misiles lo que no eran sino reflejos de la luz del sol en las capas superiores de la atmósfera. La intuición de Petrov salvó la vida a decenas de millones de personas.
Los superiores de Petrov estaban profundamente disgustados. Aunque es cierto de que había acertado en su decisión, había desobedecido sus órdenes, algo imperdonable. No fué degradado, pero sí se le retiró de su puesto y se le encomendaron tareas de menor importancia. Además, se ordenó silenciar el asunto totalmente (no salió a la luz hasta 1998). Petrov se retiró meses más tarde, y se instaló en la pequeña ciudad de Fryazino, a unos 25 km. de Moscú, donde vive hoy modestamente. Una vez se supo lo que había hecho, ha recibido numerosos homenajes y premios de distintas partes del mundo, e incluso se ha rodado un documental sobre él (The Red Button and the Man Who Saved the World, 2008). Con una modestia a toda prueba, siempre ha rechazado considerarse un héroe: "Estaba simplemente haciendo mi trabajo y fui la persona correcta en el momento apropiado, eso es todo". Rindamos entonces desde aquí homenaje a Stanislav Yevgrafovich Petrov, el hombre que hizo su trabajo.

viernes, 9 de abril de 2010

¡Cuidadín! ¡Asteroide por estribor!

Un asteroide de unos 22 metros de largo (como la cabeza de Álvarez Cascos, más o menos) pasó ayer a eso de las 23:00 GTM a la pequeña distancia de 359000 kilómetros de la Tierra. Los científicos del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la Nasa nos dicen que no nos preocupemos, que estos pasos son relativamente frecuentes y que el pasado enero un asteroide similar pasó mucho más cerca, a unos 130000 kilómetros de distancia.

jueves, 1 de abril de 2010

Black Bart, el cortés ladrón de diligencias

Entre los muchos nombres míticos que dió el salvaje Oeste, no demasiados conocen hoy el de Black Bart, pero en su época fué toda una celebridad y prácticamente un héroe popular. Cometió su primer asalto en 1875 y siguió actuando hasta su detención, en 1882, y se destacaba por su educación, caballerosidad y porque, a diferencia del común de ladrones, jamás dañó ni robó a los pasajeros, contentándose con llevarse la saca del correo y el oro transportado por la diligencia. Siguió así hasta que el caso le fué encomendado a Jim Hume, detective principal de la Wells and Fargo, el cuál, a fuerza de investigar por las cercanías de los lugares de los robos, logró la descripción de un misterios anciano de pelo blanco y perilla que había sido visto en todos ellos. Al final, un error del propio Bart facilitó su detención: se vió interrumpido en uno de sus golpes y tuvo que huir dejando atrás sus objetos personales, entre ellos un pañuelo que permitió a Hume seguir su pista hasta una lavandería de San Francisco, donde identificaron la descripción que Hume les dió como la del señor Bolton, un hombre que coincidía a la perfección, amable, educado y que, de vez en cuando, salía de viaje con la excusa de visitar una "mina" de su propiedad. Caballeroso hasta el final, Bolton confesó tras su arresto y devolvió parte del dinero robado. La Wells and Fargo se apiadó de él y sólo presentó cargos por uno de los robos. El aprecio popular y un juez generoso dejaron su condena en sólo seis años.