lunes, 8 de julio de 2019
El Ídolo de Shigir
En torno a 1850 comenzaron a hallarse restos arqueológicos prehistóricos en una mina de oro a cielo abierto a unos cien kilómetros al noroeste de la ciudad rusa de Ekaterimburgo, capital del óblast de Sverdlovsk. Ante el interés que suscitaron dichos hallazgos, durante las décadas siguientes se llevaron a cabo diversas investigaciones en la región que llevaron al descubrimiento de más restos. El más impactante de estos restos es sin duda una imponente estatua de madera conocida como el Ídolo de Shigir.
El Ídolo se encontró el 24 de enero de 1890 en la turbera de Shigir, cerca de la aldea entonces llamada Kalata (hoy Kirovgrad), a unos cuatro metros de profundidad. Estaba fragmentada en varios pedazos, pero su estado de conservación, dada su antigüedad, era bastante bueno. No es raro encontrar en las turberas restos orgánicos antiguos bien conservados, como el célebre Hombre de Tollund; las condiciones de acidez, baja temperatura y escasez de oxígeno actúan como antibacterianos, frenando la descomposición.
Trasladados los fragmentos al Museo Histórico de Ekaterimburgo, el entonces conservador de la colección arqueológica del museo, el profesor Dmitry Lobanov, realizó una primera reconstrucción de la estatua dando lugar a una figura de unos 2'8 metros de altura. Años después, en 1914, otro arqueólogo, Vladimir Tolmachev, llevó a cabo una nueva restauración de la figura, reordenando algunos de los fragmentos y añadiendo otros que el profesor Lobanov había descartado, elevando así la altura del Ídolo hasta los 5'3 metros. No obstante, durante la época soviética varios fragmentos de su parte inferior se destruyeron accidentalmente por una mala manipulación, por lo que hoy en día lo único que conocemos de la estatua completa es gracias a los dibujos y esquemas que Tolmachev hizo.
La estatua en si fue labrada con herramientas de piedra en una pieza de madera de alerce procedente de un árbol que tenía al menos un siglo y medio de edad cuando fue talado. Presenta un cuerpo plano rematado con una cabeza que presenta un rostro con ojos, nariz y boca. Los expertos creen que esta cara, con pómulos prominentes y nariz recta, es un reflejo de la fisionomía de los creadores de la estatua. El cuerpo de la estatua está profusamente decorado con símbolos geométricos y otras seis caras talladas en distintas partes de su superficie. A la altura de lo que sería el tórax presenta una serie de líneas horizontales que parecen representar costillas. En cuanto al resto de símbolos, parece evidente que tenían algún significado para los que tallaron la estatua, y hay diversas teorías para explicar su significado: que relatan el mito de la creación en el que creían los autores del Ídolo, que hacen referencia a algún tipo de seres sobrenaturales como espíritus de la Naturaleza, que se trata de algún tipo de mapa o incluso que se trata de una advertencia para no entrar en una zona prohibida o peligrosa.
La datación de la estatua fue motivo de controversia durante décadas. Las distintas teorías iban desde la Edad de Hierro (primer milenio antes de Cristo) al Neolítico (sobre 6000 años a. C.). En 1997, dado el mal estado de conservación de la estatua, fue sometida a una profunda restauración y se aprovechó para realizar una datación por radiocarbono en el Instituto de la Cultura de la Historia de los Materiales en San Petersburgo y en el Instituto de Geología de Moscú. El sorprendente resultado fechaba la estatua en el Mesolítico, aproximadamente en el 7500 antes de Cristo. Hubo quien puso en duda esta datación, porque se consideraba que en aquella época no existía en la región una cultura tan avanzada como para producir una obra como el Ídolo. Una nueva datación, llevada a cabo en 2015 por investigadores alemanes de la Oficina Estatal para la Herencia Cultural de la Baja Sajonia usando espectrometría de masas, retrasaba incluso más esta fecha, datando la estatua en pleno periodo Holoceno, atribuyéndole una antigüedad de 11500 años, lo que no solo la hace el doble de antigua que las Pirámides o Stonehenge, sino que además la convierte en la estatua de madera más antigua de la que se tiene noticia. Un asta de ciervo tallada, encontrada cerca del Ídolo, fue datada en una fecha similar, lo que refrendaría esta datación, desmintiendo teorías que decían que representaciones artísticas tan complejas no aparecerían hasta el asentamiento de las primeras comunidades de granjeros sedentarios en el Neolítico.
Etiquetas:
Arqueología
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