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viernes, 25 de diciembre de 2020

El tesoro de la cueva de Reynard

El tesoro de la cueva de Reynard

El valle británico de Dovedale, localizado en el condado de Derbyshire y atravesado por el río Dove, es desde hace mucho tiempo uno de los principales destinos turísticos de la región. El valle, cuyos terrenos son propiedad desde 1930 del National Trust (una sociedad dedicada a proteger y conservar lugares de importancia histórica o natural) recibe del orden de un millón de visitantes cada año, atraídos por la belleza de sus paisajes y sus curiosas formaciones naturales, como el pilar de piedra de Ilam Rock o las cuevas, como la de Reynard, aunque la presencia de excursionistas por la zona es común desde los siglos XVIII y XIX.

Ilam Rock

La cueva de Reynard (llamada en ocasiones también Reynard's Kitchen) es uno de los lugares más populares de Dovedale. Esta cueva, a la que se accede por un estrecho sendero a continuación de un arco natural de piedra, debe su nombre, según la leyenda, a un forajido que solía esconderse en ella, y muestra signos de haber sido utilizada desde tiempo inmemorial. En su interior se han hallado restos arqueológicos tales como herramientas de piedra, restos de cerámica y huesos de animales, datados en el Neolítico y la Edad de Bronce, aunque se cree que su uso por los humanos data al menos del Paleolítico, unos 13000 años antes de Cristo. También se han hallado en sus paredes una serie de símbolos tallados, datados alrededor del siglo XVII, y que al parecer se empleaban como protección frente a la brujería. La cueva tiene una entrada de unos cinco metros de ancho y catorce de largo y recibe numerosos visitantes todos los años. A finales del siglo XIX y principios del XX hubo una mujer, llamada Annie Bennington (apodada "Grand Old Lady of Dovedale", "la Gran Vieja Dama de Dovedale"), natural del cercano pueblo de Milldale, que durante décadas se ganó la vida vendiendo postales, dulces y limonada a los turistas, y cobrándoles un penique por utilizar una cuerda que ella misma tendía para ayudarles a subir por el sendero que conducía a la cueva. Pero a pesar del incesante trasiego de personas, la cueva aún guardaba secretos.

La cueva de Reynard's Kitchen

A principios de 2014, un excursionista que pasaba por la zona se vio sorprendido por un súbito chaparrón que hizo que buscara refugio en el interior de la cueva. Sin otra cosa que hacer mientras esperaba a que escampara, se puso a buscar por la cueva utilizando un pequeño detector de metales y al poco encontró una moneda aparentemente muy antigua. Siguió registrando la cueva y halló otras tres monedas similares. Convencido de la importancia de su hallazgo, comunicó su descubrimiento a las autoridades, a las que entregó las monedas que había encontrado. El National Trust organizó entonces una excavación arqueológica minuciosa, que sacó a la luz una variada serie de objetos que incluían cerámica prehistórica, restos de munición de armas de fuego de los últimos siglos (prueba evidente de que la cueva fue usada como refugio por los cazadores de manera habitual) y, lo que es verdaderamente interesante, un total de 26 monedas datadas en el siglo I antes de Cristo, además de un par de broches de bronce datados en la misma época.

Dovedale

De las 26 monedas, 23 son monedas britanas acuñadas en oro y plata atribuidas a la tribu de los coritanos o corieltavi, una tribu céltica que ocupaba la región alrededor de lo que hoy es la ciudad de Leicester. Los coritanos eran una tribu pacífica y contemporizadora, que causaron pocos problemas a los romanos, a diferencia de algunos de sus vecinos, como los levantiscos brigantes. Las otras tres monedas, sin embargo, sorprendieron a los expertos; se trataba de monedas romanas, acuñadas antes de la invasión de Britania (año 44 a. C.), siendo la única vez que se han hallado en Gran Bretaña monedas romanas y britanas enterradas juntas.

El arco natural por el que se accede a la cueva de Reynard

Lo que sigue siendo discutido es el motivo por el que aquellas monedas acabaron enterradas en la cueva. Como señalaron los arqueólogos del National Trust, entre las tribus britanas de la época las monedas eran más un símbolo de poder y estatus, como las joyas, que un simple método de pago. Las monedas halladas en la cueva podían equivaler a la riqueza de un clan pudiente. Entonces, ¿como fueron a parar allí? ¿Las escondió alguien que quería ponerlas a salvo de la invasión romana o de la proverbial rapacidad de sus recaudadores de impuestos? ¿Era una especie de "cuenta corriente" de ahorros cuyo dueño esperaba que con el tiempo su valor aumentara? ¿O se trató, como sugieren algunos, de parte de algún tipo de ritual celebrado en la cueva y fueron una ofrenda a algún tipo de divinidad? Quizá nunca lo sepamos.

Las monedas fueron limpiadas y restauradas por expertos del Museo Británico y del University College London. Desde finales de 2014 permanecen expuestas en el Museo de Buxton.



FELIZ NAVIDAD A TODOS



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