Mia Katherine Zapata (1965-1993) |
Mia Katherine Zapata nació en Chicago el 25 de agosto de 1965, y se crió en Louisville (Kentucky), en el seno de una familia económicamente muy bien situada, pero desde niña mostró un gran interés por la música y otras expresiones artísticas, además de un carácter independiente que la llevaba a despreocuparse de cuestiones materiales. Como su propio padre diría años más tarde "Mia vivía en dos mundos diferentes, en los dos lados opuestos de la misma calle. Un lado con escuelas parroquiales, una familia acomodada y clubes de tenis. Pero cuando cruzaba la calle, lo material no significaba nada para ella". Mia creció fascinada por la música, especialmente por el punk y por los grandes intérpretes de jazz, blues y R&B como Billie Hollyday o Sam Cooke.
Con 18 años ingresó en el Antioch College, una escuela de bellas artes de Yellow Springs (Ohio), famosa por haber sido durante los años 60 y 70 uno de los centros del activismo político universitario de los Estados Unidos. Allí formaría en 1986 su banda de punk, junto a tres compañeros de estudios: Joe Spleen (guitarra), Matt Dresdner (bajo) y Steve Moriarty (batería), con Mia como cantante. La banda se llamó en un principio Snivelling Little Rat Faced Gits (Pequeños idiotas llorones con cara de rata), nombre que tomaron de un gag del grupo cómico Monty Phyton, aunque luego lo acortarían a The Gits (Los idiotas). Juntos grabaron en 1988 de forma casera su primer album, Private Lubs, que sería reeditado en 1996 con el título de Kings & Queens.
The Gits: de izquierda a derecha, Joe Spleen, Steve Moriarty, Mia Zapata y Matt Dresdner |
En 1989 los miembros de The Gits decidieron apostar fuerte por su carrera musical y se mudaron a la que por entonces era uno de los puntos álgidos de la escena musical independiente norteamericana: Seattle, donde numerosos grupos daban forma al estilo que sería conocido como grunge. A esta culturalmente activa ciudad llegaron los Gits, que se instalarían en una casa abandonada del barrio de Capitol Hill a la que llamaban "The Rathouse" ("La ratonera"), buscándose la vida como podían (Mia trabajó como camarera en un bar) mientras esperaban su oportunidad.
Poco a poco, The Gits fue dándose a conocer y abriéndose paso con sus canciones, en buena parte a base de dar todos los conciertos que podían, a veces incluso sin cobrar. A menudo tocaban en compañía de su "banda hermana", 7 Year Bitch, con cuyos miembros les unía una gran amistad. Buena parte del éxito de The Gits era debido a la fuerte personalidad de su cantante. Mia Zapata, magnética y arrolladora, ejercía una profunda atracción sobre aquellos que la rodeaban, y no tardó en convertirse en un personaje reconocible de la escena musical de la ciudad. Por aquellos años The Gits llegó a compartir escenario con nombres que luego se harían mundialmente famosos, como Nirvana, Beck o Green Day.
En 1992, después de publicar varios sencillos en sellos independientes, The Gits lanzó su primer disco "oficial": Frenching the bully, con el sello C/Z Records. La buena acogida del disco aumentó su popularidad, les hizo ganar seguidores y embarcarse en giras por varias ciudades de Estados Unidos y Europa. En 1993, mientras se encontraban enfrascados en la grabación de su segundo LP, Enter: The conquering chicken, la poderosa Atlantic Records les ofreció un contrato. El grunge se había convertido en un éxito y las discográficas peinaban la escena musical de Seattle a la busca de nuevas bandas que pudieran convertirse en los nuevos Nirvana. La carrera de Zapata y The Gits parecía estar a punto de despegar hasta que llegó la trágica noche del 6 al 7 de julio de 1993.
Aquel día, los miembros de The Gits acababan de regresar a Seattle después de una gira por la Costa Oeste, y solo iban a quedarse unos días, antes de embarcarse en una nueva gira por Estados Unidos y Europa. La noche del día 6 Mia se reunió con varios amigos en uno de sus locales favoritos, la Comet Tavern, de donde se marchó pasada la medianoche para dirigirse a un edificio cercano, en cuyo sótano había un estudio de grabación, en busca de su ex-novio y amigo Robert Jenkins, músico de la banda Officer Down. Jenkins no estaba allí, así que Zapata hizo una visita a una amiga que vivía en el mismo edificio. Dado lo tardío de la hora, su amiga le sugirió que se quedara en su casa a pasar la noche, pero Mia prefirió irse. Eran aproximadamente las dos de la mañana y esa fue la última vez que fue vista con vida.
No se sabe qué dirección tomó al irse de casa de su amiga, si se dirigió al sur hacia su casa (que estaba un poco lejos) o bien hacia el norte, en dirección a la casa de otro amigo que vivía cerca. Lo cierto es que, a eso de las tres y media de la madrugada, una prostituta que caminaba por el centro de la ciudad encontró el cadáver de Mia Zapata en un aparcamiento vacío en el cruce de la Avenida 24 Sur y la calle Washington Sur. Había sido brutalmente golpeada, violada y estrangulada con los cordones de su propia chaqueta. En un primer momento, dado que no llevaba documentación, no se supo su identidad. Al parecer, fue el forense auxiliar que estaba de guardia aquella noche, que resultó ser un fan de los Gits y que había asistido a varios de sus conciertos, el que la reconoció cuando la llevaron al depósito de cadáveres.
El brutal asesinato de Mia Zapata provocó una honda conmoción en el mundo artístico de Seattle y en los círculos que la cantante frecuentaba. A su funeral asistieron centenares de personas portando rosas amarillas en señal de duelo. Sus restos fueron inhumados en el cementerio de Cave Hill, en su ciudad natal de Louisville. Un clima de preocupación y miedo se instaló en una ciudad que hasta entonces había sido pujante y enérgica.
La investigación policial se topó con el problema de la ausencia casi total de indicios. No había testigos, ni huellas, solo se había conseguido recuperar algo de ADN del agresor, pero por aquel entonces esta tecnología era mucho más limitada y no arrojó resultados. Las teorías que manejó la policía (un novio celoso, un ex resentido o un fan trastornado) fueron descartadas una por una. Numerosos músicos de Seattle, incluidos miembros de bandas famosas como Nirvana, Soundgarden o Pearl Jam, donaron dinero para crear un fondo con el que contrataron a un investigador privado llamado Leigh Hearon. Hearon investigó el caso durante años, utilizando incluso su propio tiempo y dinero cuando los fondos de las donaciones se agotaron, pero sin éxito. En 1998, cinco años después del crimen, un detective de la policía de Seattle tuvo que admitir que no estaban más cerca de resolver el caso de lo que estaban justo después del crimen.
En 2001, gracias a la aparición de técnicas como la PCR, los investigadores pudieron investigar a fondo las muestras de ADN dejadas por el asesino e introdujeron su perfil en el CODIS, la gran base nacional de perfiles de ADN, pero no hubo coincidencias. Sin embargo, en 2003, un hombre de origen cubano residente en Miami llamado Jesús Mezquia, que trabajaba como pescador, fue arrestado y acusado de allanamiento de morada y violencia doméstica. Cuando su ADN fue introducido en el CODIS, saltó la alarma: su muestra coincidía con la del anónimo agresor de Mia, lo que hizo que de inmediato se le acusara del crimen.
Mezquia había llegado a EEUU en 1980 durante el llamado éxodo del Mariel, durante el cual miles de cubanos habían llegado al país huyendo de la dictadura castrista. Los investigadores descubrieron que en el momento del asesinato de Zapata Mezquia vivía en Seattle, aunque no descubrieron ninguna relación previa entre ambos, y que incluso había sido arrestado por exhibicionismo un par de semanas antes del crimen. Además, Mezquia tenía un largo historial de delitos relacionados con la violencia de género tales como agresiones, asaltos, lesiones y allanamientos, de los que habían sido víctimas su esposa y sus ex-novias. La policía especuló con que Mezquia había seguido a Zapata desde el bar y la había acechado y atacado por sorpresa, agrediéndola en el asiento trasero de su coche antes de abandonar su cuerpo. Llevado a juicio por el asesinato en 2004, Mezquia nunca admitió su culpabilidad y fue condenado a 36 años de prisión. Permaneció entre rejas hasta su muerte, en un hospital de Washington, el 21 de enero de este año, por causas que no se hicieron públicas.
Tras la muerte de Mia Zapata se sucedieron los homenajes. Probablemente el más significativo, la fundación por parte de un grupo de amigas de Mia de Home Alive, una asociación sin ánimo de lucro dedicada a impartir clases de autodefensa, que sigue en activo. Para recaudar fondos se celebraron conciertos benéficos y se editaron discos en los que participaron grupos como Pearl Jam, Nirvana, Soundgarden o The Presidents of the USA. 7 Year Bitch tituló su segundo disco, publicado en 1994, ¡Viva Zapata! a modo de homenaje. Asimismo, los miembros supervivientes de The Gits grabaron en 1995 un disco junto a la mítica cantante Joan Jett (uno de los ídolos de Mia Zapata) bajo el nombre de Evil Stig (Gits Live al revés), cuyos beneficios se dedicaron a causas benéficas.
El segundo disco de Mia Zapata con The Gits se publicó de manera póstuma en 1994. Poco después la banda dejaría de existir con ese nombre y sus miembros formarían otro grupo, Dancing French Liberals of '48, que no tuvo demasiado éxito, antes de separar sus caminos. En 2000 se publicó Seafish Louisville, una recopilación de temas inéditos, grabaciones en directo y versiones alternativas de canciones del grupo. En 2003 se reeditaron sus dos discos oficiales y en 2008 se publicó una recopilación de grandes éxitos, Best of The Gits.
Descansa en paz Mia.
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