Pese a su relativa juventud, el director y guionista norteamericano Travis Betz acumula ya un elevado número de obras en su curriculum, la mayoría relacionadas con el género de terror. Aunque se ha prodigado especialmente en cortometrajes y series de televisión, también ha dirigido algunos largometrajes que han sido muy bien recibidos por los aficionados al género. Lo es una de las mas conocidas, una película de bajo presupuesto, sin efectos especiales (mucho maquillaje, eso si) pero con un travieso sentido del humor, una mezcla de terror y comedia donde se reconoce la influencia de películas como Posesión infernal.
En una habitación a oscuras, Justin se sienta en el interior de un pentagrama que ha dibujado siguiendo las instrucciones de un libro de invocaciones demoníacas. Utilizando su propia sangre, culmina el ritual, que resulta un éxito: ante él se presenta Lo, un demonio tullido y contrahecho, con un retorcido sentido del humor, que le pregunta el motivo por el que ha sido convocado. Justin solo quiere una cosa: recuperar a su novia April, secuestrada por un demonio. Lo se muestra reticente e intenta, entre bromas y alguna amenaza velada, que renuncie y termine la invocación. Pero Justin está decidido: quiere recuperar a April como sea, y no da su brazo a torcer ni siquiera cuando descubre que ella también es un demonio, que huyó del infierno porque quería saber más acerca de los humanos. Lo, curioso, empieza a hacerle preguntas a Justin sobre su relación, y mientras ambos siguen jugando al gato y al ratón, asistimos a varios momentos de la relación de Justin y April, en forma de curiosos flashbacks teatralizados, hasta llegar al sorprendente final.
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