Verba volant, scripta manent

sábado, 11 de septiembre de 2010

Fritz Zwicky: la materia oscura y los cabrones esféricos


De cuando en cuando surgen en el mundo de la ciencia transgresores que son recibidos escépticamente, en el mejor de los casos, o ridiculizados, otras, y que más tarde acaban revelándose como pioneros o visionarios. Uno de los casos más curiosos, por la propia personalidad del protagonista, es el del astrofísico Fritz Zwicky (1898-1974).
Nacido en Bulgaria, criado en Suiza, desarrolló la mayor parte de su carrera en EEUU. En 1934, junto a su colega Walter Baade, publicó la teoría de que el último resto que quedaría de una supernova sería una pequeña estrella de neutrones, de apenas unos kilómetros de diámetro. La idea era tan rompedora para la época que Zwicky y Baade recibieron críticas y burlas por todas partes, llegando a ser protagonistas incluso, de una tira cómica del Los Angeles Times. Zwicky se cabreó bastante. Tenía una personalidad un tanto compleja y agresiva, era bastante irritable y le gustaba intimidar a los demás. Cuentan que rondaba los pasillos del Caltech (California Institute of Technology), de donde fué profesor desde 1942, dirigiéndose a los estudiantes nuevos diciéndoles: "Y tú, ¿quién demonios eres?"
Como decía, Zwicky se enfadó sobremanera con sus colegas, a los que acusaba de negarle el merecido reconocimiento, plagiar sus ideas e incluso impedirle trabajar con los telescopios. Y aún se cabrearía más cuando, estudiando las galaxias del cúmulo de Coma, se dió cuenta de que su movimiento era anómalo: las galaxias se movían demasiado deprisa y ello contravenía las leyes de Newton. Fué entonces cuando expuso la teoría de que ello era debido a la existencia de mucha más materia que no era detectada por los telescopios, materia a la que denominó "materia oscura". Una idea tan audaz fué recibida con feroces críticas por la mayoría de los astrofísicos; la gravedad de Newton no podía equivocarse, y la idea de una materia "invisible" era algo risible. La confirmación de sus teorías tardaría décadas, y hoy está asumido que alrededor del 90% de la materia total del universo es materia oscura.
El colmo fué cuando, en 1974, poco antes de morir, Anthony Hewish recibió el Nobel por el descubrimiento de los púlsares, hallazgo asociado a las teorías de Zwicky, sin que se hiciera mención de su trabajo en ningún momento.
Ese año de 1974, Zwicky había publicado su propio catálogo de galaxias, con más de 30000 identificadas, que incluía esta cariñosa dedicatoria: “Un recordatorio a los grandes sacerdotes de la astronomía americana y a sus sicofantes. Los sicofantes y ladrones puros de hoy parecen andar libres, sobre todo en la astronomía americana, para apropiarse de descubrimientos e invenciones realizados por los lobos solitarios e inconformistas”. A ellos se refería habitualmente como "cabrones esféricos", porque decía que eran cabrones independientemente de por dónde se mirasen, una expresión realmente afortunada y que se hizo popular. Un crater de la Luna y un asteroide llevan su nombre. Un brindis por los inconformistas.

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