Verba volant, scripta manent

miércoles, 22 de agosto de 2012

José Rizal y el libro que le costó la vida

José Protacio Rizal de Alejandro Lam-co Alonso de la Rosa y Realonda de Quintos (1861-1896)

A finales del siglo XIX, de lo que en tiempos había sido el mayor imperio que había visto la historia, España sólo conservaba dos posesiones en ultramar: Cuba y Filipinas. Pero a estas alturas, ambos territorios estaban cansados de ser simples colonias y reclamaban cada vez con mayor insistencia, primero una mayor autonomía, y luego, directamente, la independencia.
Por lo general, en España se ha hablado bastante del movimiento independentista cubano y de sus líderes e  inspiradores; no así en el caso filipino, del que, sacando hechos puntuales (como los famosos últimos de Filipinas), no suele hablarse demasiado. Hoy voy a hablaros de una de las figuras importantes de la lucha filipina por su libertad: José Rizal, a quien muchos comparan con el cubano José Martí.
José Rizal, en cuya ascendencia se mezclaban antepasados chinos, malayos, tagalos y españoles, nació en 1865, hijo de un comerciante acomodado apellidado Mercado, aunque cambiaría su apellido en su juventud por el de Rizal, derivado de la palabra tagala "ricial", que significa brote verde o retoño. Inició sus estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Santo Tomás (Manila), fundada por la orden dominica, pero posteriormente se trasladó a Europa, donde completó también la carrera de Medicina, especializándose en Oftalmología (su madre padecía una enfermedad degenerativa que la iba dejando poco a poco ciega) estudiando en Madrid, París y Heidelberg. Fué en Alemania donde comenzó a escribir su primera y más conocida novela: Noli me tangere.
Por aquel entonces, Rizal todavía no se había posicionado en favor de la independencia. Mantenía su fidelidad a España, pero también tenía una visión muy crítica de la situación filipina. Había escrito numerosos artículos reclamando para su tierra natal una serie de derechos (libertad de expresión, igualdad de derechos para nativos y españoles, o que pasase de ser una colonia a ser una provincia y conseguir así representación legislativa), formando parte del movimiento Propaganda, una sociedad formada por filipinos, la mayor parte estudiantes, residentes en Madrid.
Noli me tangere es una agudísima disección, casi quirúrgica, de la vida de la sociedad popular en Filipinas. Con bastantes aportes autobiográficos, cuenta la historia de Crisóstomo Ibarra, que ha pasado varios años en Europa dedicado a sus estudios y vuelve a su pueblo natal tras la muerte de su padre. Allí su talante progresista y tolerante choca con el sometimiento total de sus gentes ante unas autoridades despóticas y ante la voluntad de un franciscano, el intrigante padre Dámaso, quien verdaderamente gobierna el pueblo en la sombra impidiendo que nuevas ideas arraiguen entre la gente. El libro fué editado en Berlín en 1887, a expensas del propio Rizal, pero no sólo fué prohibido en Filipinas, sino que hizo que las autoridades coloniales fijaran su atención en su autor.
Terminada su formación, y tras un tiempo viajando por Estados Unidos, Japón y Hong Kong, volvió a Filipinas en 1892, donde las autoridades inmediatamente lo pusieron bajo vigilancia. Al poco de llegar fundó una sociedad, La liga filipina, un movimiento pacífico y progresista para favorecer el desarrollo del archipiélago. Pero las autoridades aprovecharon para, tras arrestarlo el 6 de julio de 1892 (apenas cuatro días después de crear la Liga), acusarlo de subversión, y acabó exiliado en Dapitán, en la isla de Mindanao.
Durante su confinamiento, fundó una escuela y un hospital y siguió pidiendo más derechos y progreso para los suyos, siempre de manera pacífica (al parecer, rechazó formar parte de la rebelión que movimientos como el Katipunan preparaban). En 1896 solicitó una plaza de médico de campaña para Cuba, en plena insurrección y asolada por una epidemia de cólera. Pero, mientras Rizal viajaba camino del Caribe, se produjo en Filipinas la tan esperada rebelión armada. Las autoridades coloniales (instigadas por las religiosas, que todavía tenían atragantada la crítica de Noli me tangere) señalaron a Rizal como uno de los cabecillas de la revuelta y fué arrestado en el propio barco, confinado en el castillo barcelonés de Montjuic y posteriormente devuelto a las islas, donde un tribunal militar lo declaró culpable de insurrección y traición y lo condenó a muerte. El 31 de diciembre de 1896, a las siete de la mañana, José Rizal es fusilado en Manila, en un lugar llamado Bagumbayan, y que hoy se conoce como Parque Rizal. Como traidor se le quiso fusilar por la espalda, pero antes de la descarga fatal se volvió para mirar de frente a sus verdugos, dejando claro que se consideraba inocente. Años antes había escrito: Sólo se muere una vez, y si no se muere bien, se pierde una ocasión que no se presentará más.

2 comentarios:

  1. Hace poco tiempo que supe de la producción literaria filipina en español, entre ella Noli me tangere, y la historia de su autor. Es increible la gran producción literaria filipina en español, en cantidad y calidad. Verdaderamente para los hispanohablantes es un tesoro perdido, y creo que hoy para los filipinos también. Excelente post,saludos.

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    1. Toda la etapa colonial española en Filipinas es muy poco conocida. Tendemos a valorar más lo extranjero que lo propio. ¡Saludos!

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