Seabiscuit (1933-1947) |
Seabiscuit nació el 23 de mayo de 1933 en Lexington (Kentucky), cuna de muchos de los mejores caballos de carreras de Norteamérica. Era un pura sangre de impecable pedigrí; su padre, Hard Tuck, era hijo del legendario Man o' War, posiblemente uno de los mejores purasangres de carrera de todos los tiempos. Recibió ese nombre como un guiño a su padre; "hardtuck" o "seabiscuit" es un tipo de galletas muy consumidas por los marineros.
Su primer propietario fueron los establos Wheathley, propiedad de los hermanos Gladys y Ogden Mills. Allí, el gran entrenador "Sunny Jim" Fitzsimmons, que había logrado ganar la Triple Corona (el Derby de Kentucky y las carreras de Belmont y Preakness) pocos años antes con Gallant Fox, vio potencial en él, pese a que su estampa no encajaba en el ideal de los purasangres (Seabiscuit era más pequeño que la media, y tenía unas rodillas huesudas y prominentes). No obstante, pronto quedó decepcionado con el carácter del animal. Seabiscuit era un tanto perezoso y glotón (solía pasar horas y horas durmiendo y comiendo), por lo que Fitzsimmons le asignó un papel secundario, haciéndole correr en carreras menores, donde tampoco destacó demasiado: no venció en sus primeras 17 carreras, convirtiéndose en objeto de bromas de los empleados de las caballerizas, y acabó relegado a un segundo plano. Al cumplir los dos años de edad, Seabiscuit había corrido en 35 carreras (un número muy elevado para un purasangre), venciendo en cinco y acabando segundo en otras siete. Fitzsimmons lo utilizaba además en labores menores, como entrenar a otros caballos (fue un sparring habitual de Omaha, ganador de la Triple Corona en 1935). Incluso había sido puesto a la venta por 2500 $, pero nadie quiso pujar por él.
Seabiscuit y Robert Thomas "Tom" Smith (1878-1957) |
Con los métodos de Smith Seabiscuit no tardó en reaccionar. También influyó que le asignaran como jinete a John "Red" Pollard, un veterano jockey con experiencia en los hipódromos de California y México, con el que el caballo no tardó en entenderse bien. Corrió ocho carreras más, de las que ganó la mayoría, incluidas competiciones prestigiosas como el Hándicap de Scarsdale (batiendo el récord de la prueba). En noviembre, Howard y Smith decidieron llevarse al caballo a California, para participar en el circuito de carreras de la costa Oeste. Antes de que terminara el año tuvo tiempo de participar en dos pruebas en Bay Meadows, venciendo en ambas con suficiencia.
Seabiscuit con su propietario, Charles Stewart Howard (1877-1950) |
En la otra punta del país siguió su formidable racha. Entre el 26 de junio y el 7 de agosto venció en las cinco carreras en las que participó. Terminaría el año con 11 victorias en 15 carreras, y siendo el caballo que más dinero había ganado en premios en todo el país, aunque el premio al Mejor Caballo del Año recayó en War Admiral, hijo de Man o' War y vencedor de la Triple Corona.
A principios de 1938 Red Pollard se rompió una pierna mientras montaba a Fair Knightess, otro de los caballos de Howard. Fue sustituido por George Woolf, un experimentado jinete amigo suyo. Con Woolf Seabiscuit volvió a quedarse a las puertas de vencer en Santa Anita; tras remontar una desventaja de seis cuerpos, fue superado por Stagehand por tan escaso margen que hubo necesidad de recurrir a la foto finish.
Por aquel entonces, Seabiscuit se había convertido ya en uno de los ídolos del público. En un país que todavía sufría las secuelas del terrible crack de 1929, la historia de Seabiscuit, aquel pequeño caballo que supo sobreponerse a las adversidades y a las burlas para convertirse en un campeón llenaba de esperanza a millones de personas. Los medios daban una amplia cobertura a las carreras de Seabiscuit y pronto empezaron a especular con la posibilidad de ver un enfrentamiento directo entre él y War Admiral, el aparentemente invencible campeón de la costa este. A lo largo de 1938, hasta en tres ocasiones coincidieron como inscritos en las mismas pruebas, aunque siempre uno u otro renunciaba a participar. Los propietarios de ambos caballos organizaron entonces un encuentro en Belmont Park (Nueva York) en mayo de 1938, pero al final el equipo de Seabiscuit renunció a participar por el estado de la pista.
Seabiscuit y War Admiral |
Seabiscuit y John M. "Red" Pollard (1909-1981) |
Después de un año de costosa recuperación, Seabiscuit reaparecería el 9 de febrero de 1940 en el Hándicap de La Jolla, montado por Pollard (que necesitaba un aparato ortopédico en su pierna para montar y logró convencer a Smith a fuerza de insistir). Quedó tercero, pero en la tercera carrera tras su reaparición, el Hándicap de San Antonio, volvió a ganar. Una semana más tarde, Seabiscuit se enfrentaba al Hándicap de Santa Anita, la prueba que ya se le había escapado por muy poco en dos ocasiones. En aquella ocasión, pese a una mala salida y a verse obstaculizado por otros caballos buena parte de la carrera, Seabiscuit sacó todo su coraje y logró la tan ansiada victoria, con un cuerpo y medio de ventaja sobre Kajak II, que quedó subcampeón, provocando el delirio entre los más de 78000 espectadores presentes, la mayoría entusiastas seguidores suyos.
Esa fue la última carrera de Seabiscuit. Poco después, en abril de 1940, se anunció oficialmente su retirada de las pistas. Había disputado 89 carreras, de las cuales ganó 33, fue segundo en 15 y tercero en una. En aquel momento era el caballo que más dinero había ganado en premios en toda la historia (casi 450000 $). Vivió el resto de su vida, hasta su muerte de un ataque al corazón en 1947, seis días antes de cumplir 14 años, en el rancho Ridgewood, cerca de Willits (California). En su etapa como semental fue padre de 108 potros, entre ellos dos (Sea Sovereign y Sea Swallow) con cierto éxito como corredores, aunque sin llegar a la altura de su padre. Durante los siete años que pasó en Ridgewood, más de 50000 personas visitaron el rancho únicamente para poder verlo.
La historia de Seabiscuit quedó profundamente arraigada en la memoria popular norteamericana. A él se le dedicaron monumentos, libros, documentales y películas (la última, de 2003, recibió siete nominaciones a los premios Oscar). En 1999, la revista especializada Blood-Horse lo situó en el puesto 25º de su lista de los 100 mejores caballos de carreras norteamericanos del siglo XX (Man o' War era el primero y War Admiral, el 13º). El Servicio Postal norteamericano le dedicó un sello en 2009.
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