Verba volant, scripta manent

domingo, 15 de enero de 2017

Tunnerminnerwait y Maulboyheenner


En 1839 George Augustus Robinson, empresario y predicador, fue nombrado jefe de la recién creada oficina de Protección de Aborígenes en el distrito de Port Phillip (que con el paso de los años daría lugar a la ciudad de Melbourne), una entidad surgida por recomendación del Parlamento británico con el objetivo declarado de proteger a los aborígenes de los abusos de los colonos, aunque a menudo fue empleada más para manipular y tener controlados a los nativos australianos. Robinson, que hasta entonces había estado asentado en Tasmania, mantenía buenas relaciones con numerosos aborígenes, y creía que su nuevo cargo le permitiría mejorar sus condiciones de vida. Eso si, mejorándolas "a la británica"; o lo que es lo mismo, haciéndoles renunciar a sus costumbres ancestrales para adoptar la mucho más "civilizada" cultura británica. Y se le ocurrió que la mejor manera para hacerlo era educar a algunos aborígenes para que ellos mismos luego se encargasen de "civilizar" a sus congéneres. Una idea que los británicos habían intentado más veces, como en el caso de Jemmy Button, casi siempre con pésimos resultados.
Al trasladarse de Tasmania a Port Phillip, Robinson había llevado con él a un grupo de 16 aborígenes para que se convirtieran en la avanzadilla de su proyecto. Entre estos estaba Tunnerminnerwait, un nativo natural de la isla de Robbins, a quien Robinson tenía en gran estima. Era un hombre inteligente, trabajador, hablaba inglés con soltura y llevaba años trabajando para él como guía e intérprete. Pero lo cierto es que Tunnerminnerwait nunca se había fiado demasiado de los europeos; siendo un adolescente, había sido testigo de la masacre de Cape Grim, en la que colonos británicos habían asesinado a una treintena de hombres, mujeres y niños aborígenes, y sentía en su interior un gran rechazo por los recién llegados, aunque se cuidara mucho de dar muestras de ello.

George Augustus Robinson (1791-1866)
Al parecer, lo que pudo desencadenar la posterior reacción de Tunnerminnerwait fue un viaje que realizó en compañía de Robinson entre marzo y agosto de 1841, en el que entre otros asuntos se investigó la llamada masacre de Convincing Ground, en la que unos balleneros habían asesinado a entre 60 y 200 aborígenes de la tribu Gunditjmara en la bahía de Portland. Lo cierto es que, al poco de regresar, en septiembre de 1841, Tunnerminnerwait huyó de Melbourne acompañado de otros cuatro aborígenes, un hombre (Maulboyheenner) y tres mujeres (Planobeena, Pyteruner y Truganini), y en las siguientes semanas se dedicaron a asaltar a colonos y viajeros, robando armas y municiones con el objetivo, al parecer, de organizar una resistencia armada entre los aborígenes para combatir a los británicos.
La pequeña rebelión aborigen asustó a los colonos e inquietó a las autoridades. Hasta entonces, los aborígenes no se habían mostrado capaces de presentar una resistencia firme a la ocupación británica, y muchos temían que fuese esta la chispa que desencadenase una insurrección general. Hasta tres expediciones armadas, compuestas de soldados, policías y colonos voluntarios se lanzaron en su busca, antes de que los cinco fugitivos fueran capturados en noviembre de 1841. Su rebelión había durado apenas ocho semanas. Se les acusó de numerosos asaltos, robos e incursiones en granjas, que dejaron cinco heridos y dos muertos, dos balleneros apellidados Yankey y Cook, abatidos el 6 de octubre en la bahía de Western Port.
Los cinco acusados llegaron a Melbourne el 21 de noviembre, encadenados y fuertemente escoltados. El 20 de diciembre comparecieron ante el juez John Walpole Willis (con fama de severo e intransigente) y fueron formalmente acusados de asesinato. De su defensa se encargó un joven abogado llamado Redmond Barry, quien años más tarde se haría célebre por ser el juez que condenó a la horca al legendario forajido Ned Kelly. Barry trató de exculpar a los cinco alegando que no había pruebas concluyentes contra ellos (sólo una supuesta confesión que los prisioneros nunca ratificaron) y que, al no tratarse de ciudadanos británicos, estaban fuera de la jurisdicción del tribunal. Tras un juicio con numerosas irregularidades (a los acusados no se les permitió presentar pruebas ni testigos a su favor), Tunnerminnerwait y Maulboyheenner fueron declarados culpables y condenados a muerte, mientras que las tres mujeres quedaban bajo la custodia de George Robinson (posteriormente, serían llevadas de vuelta a Tasmania). Tunnerminnerwait recibió la sentencia con aparente frialdad, limitándose a decir que tras su muerte "se reencontraría con su padre en Tasmania para cazar canguros".

Los dos aborígenes son conducidos a la horca
Los dos aborígenes fueron ahorcados el 20 de enero de 1842, en un patíbulo construido en Franklin Street. Su ejecución (la primera que tenía lugar en Port Phillip) causó gran expectación; se estima que acudieron a presenciarla unas 5000 personas, la cuarta parte de los habitantes de la colonia. Sus cuerpos fueron luego sepultados en el antiguo cementerio, que años más tarde sería urbanizado y sobre el cual se asienta en la actualidad el Queen Victoria Market.

2 comentarios:

  1. La extinción de los aborígenes tasmanos, durante la llamada "guerra negra" fue terrible, pese a la intervención de Robinson. Tampoco les fue muy bien a los del continente.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El trato dado por los británicos a los aborígenes fue atroz, y no solo mediante la represión armada. Tengo pendiente escribir un artículo sobre las Generaciones Robadas, miles de niños y adolescentes aborígenes o mestizos arrebatados a sus padres para ser educados "a la europea".
      Saludos.

      Eliminar