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miércoles, 16 de octubre de 2024

Ástilo de Crotona, el primer gran fichaje deportivo



La prueba estrella de las Olimpiadas clásicas era el stadion, una carrera a pie en la que los participantes, completamente desnudos, recorrían una distancia de un estadio (600 pies). Esta distancia variaba ligeramente de una polis a otra; así, en Olimpia equivalía a 192 metros, en Pérgamo a 210 y en Delfos y Nemea, a 178. Era la prueba que más interés despertaba; de hecho, en las primeras ediciones de los Juegos era la única prueba que se disputaba. El ganador  se convertía en una celebridad dentro del mundo griego, daba nombre al periodo de cuatro años entre celebración y celebración, y tenía el privilegio de encender el fuego sagrado en los siguientes Juegos. Y para la ciudad a la que representaba suponía orgullo y prestigio tener a un campeón olímpico entre ellos.

Crotona (la actual Crotone italiana) era una colonia griega fundada por los aqueos de la ciudad de Ripes a finales del siglo VIII a. C. en el sur de la Península Itálica, en la desembocadura del rio Aesaros (hoy llamado Esaro). En sus primeros siglos prosperó y llegó a ser una de las principales ciudades de la Magna Grecia, fundando a su vez colonias como Caulonia, Terina y Turios, pero luego su importancia fue decayendo y en el siglo III a. C. acabó siendo conquistada por los romanos. En su historia destacan dos hechos que la hicieron famosa: fue el lugar donde el célebre matemático y filósofo Pitágoras de Samos fundó su Escuela, y fue cuna de numerosos campeones olímpicos.

El talento de los atletas de Crotona llegó a ser proverbial entre los griegos. El historiador Estrabón llegó a decir en su Geografía que "Aquel que llega el último de los crotoniatas es el primero del resto de los griegos". Aún se discute si se debía a su entrenamiento, a su alimentación o algún otro factor, pero lo cierto es que los crotoniatas lograron un número desproporcionadamente elevado de victorias en los Juegos; así, en las 26 Olimpiadas celebradas entre el 588 y el 488 a. C. hubo nada menos que 11 campeones del stadion nacidos en Crotona (en el mismo intervalo ninguna otra ciudad tuvo más de 2 campeones). De Crotona fueron originarios deportistas legendarios como Milón, que venció en la prueba de lucha de las Olimpiadas en seis ocasiones, y Ástilo.


Ástilo de Crotona participó en los tres Juegos Olímpicos celebrados entre el 488 y el 480 a. C., y en los tres se proclamó doble vencedor de stadion y diaulo (una carrera de dos estadios). En la de 480 a. C. se proclamó además campeón de hoplitódromo, una carrera a pie cuya distancia variaba entre los dos estadios en Olimpia y los quince en Platea, y en la que los participantes en lugar de ir desnudos corrían llevando el equipo completo de un hoplita: armadura, casco y escudo. Tradicionalmente, el hoplitódromo era la prueba que cerraba los Juegos, y servía como recordatorio a los griegos de que la tregua que se establecía durante su celebración llegaba a su fin y los conflictos armados que habían quedado en suspenso se reanudaban. Además, Ástilo también fue reconocido como periodónice, un título que se otorgaba a los atletas que lograban al menos una victoria en cada uno de los Juegos Panhelénicos (Olímpicos, Ístmicos, Píticos y Nemeos) en el periodo de cuatro años que iba de una Olimpiada a otra.

Sin embargo, en su tercera Olimpiada Ástilo fue proclamado campeón como Ástilo de Siracusa y no de Crotona. Como ya he dicho, para una ciudad griega era un inmenso honor que un atleta que la representase fuera campeón olímpico, aunque no fuera oriundo de ella. Por eso algunas ciudades recurrían a reclutar a deportistas de otros lugares para que participaran en su nombre. Y eso era lo que había pasado con Ástilo: Hierón, hermano de Gelón, el tirano de la ciudad siciliana de Siracusa (al que sucedería poco después como Hierón I), había convencido al campeón con dinero y prebendas para que aceptara competir como siracusano. Ástilo no era el primer atleta que competía en nombre de una ciudad que no era la suya, pero hasta entonces nunca un deportista de su fama y categoría había cambiado de bando de esa manera.

Milón de Crotona (Pierre Puget, 1671-1682)

No es necesario decir que a sus compatriotas crotoniatas no les sentó nada bien aquella traición. Como venganza, destruyeron la estatua de Ástilo, obra del gran escultor Pitágoras de Regio, que habían erigido después de su primera victoria olímpica, y que se encontraba junto a la de otros campeones crotoniatas junto al templo de Hera Lacinia, y convirtieron la que había sido su casa en una prisión. No parece que a Ástilo le importase demasiado: para entonces ya vivía en Siracusa, de manera más que acomodada gracias a la generosidad de Hierón. Algunos historiadores especulan con que la defección de Ástilo tuvo un trasfondo político al estar el atleta enfrentado a los entonces gobernantes de la ciudad. No obstante, parece claro que la cuestión económica fue la que más pesó a la hora de cambiar de ciudad.

1 comentario:

  1. Magnífico artículo. Supongo que el clima de Crotona y la dieta de pescado tendrían algo que ver en la aptitud física para la velocidad pedestre. Y ya veo que lo de “fichar” deportistas a golpe de bolsa de oro ya viene de antiguo.
    Saludos.

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