domingo, 2 de enero de 2011
Animales devoradores de personas (III): Animales en conjunto
El USS Indianapolis
La tragedia del USS Indianapolis es de las más populares de la Segunda Guerra Mundial. Se trataba de un crucero de clase Portland al que el destino le tenía destinada una destacada (y terrible) misión: fué el barco que transportó el uranio y otros componentes de las bombas atómicas que luego habrían de arrasar Hiroshima y Nagasaki, desde EEUU hasta la isla de Tinian (islas Marianas), donde tenían su base los bombarderos norteamericanos B-29. Cumplida su misión, y cuando se dirigían a las Filipinas, el barco fué torpedeado y hundido por un submarino japonés el 31 de julio de 1945. El navío se hundió en cuestión de minutos. De sus 1200 tripulantes, cerca de 900 lograron abandonar el barco, aunque no hubo tiempo para arriar los botes salvavidas. Incomprensiblemente, nadie se dió cuenta de su ausencia, y no fué hasta el 2 de agosto cuando los supervivientes fueron avistados por pura casualidad por un hidroavión de reconocimiento. Al final sólo 316 fueron rescatados con vida: los demás habían sido devorados por los tiburones durante los días que estuvieron a la deriva.
El Nueva Escocia
Este vetusto barco de vapor fué hundido por un submarino alemán en las costas sudafricanas el 28 de noviembre de 1942. De los 900 hombres que llevaba a bordo, la mayoría prisioneros de guerra italianos, sólo 192 fueron rescatados con vida. Muchos de los muertos lo fueron por ataques de tiburones. Los testigos relataron horrorizados cómo en el agua flotaban decenas de cadáveres con los chalecos salvavidas puestos y devorados de cintura para abajo.
Los manglares de Ramree
El 19 de febrero de 1945, un millar de soldados japoneses que huían de las tropas británicas que habían desembarcado en la isla birmana de Ramree se internaron en los manglares que cubrían buena parte de la isla, tratando de llegar al lado sur, donde les aguardaba el resto de sus tropas, sin darse cuenta de que estaban infestados de cocodrilos marinos (Crocodylus porosus). A la mañana siguiente, sólo una veintena de aquellos soldados salió con vida de la espesura; el resto habían sido devorados.
Njombe
A principios de los años 30, se extendió una epidemia de peste bovina en la región tanzana de Njombe. Como los herbívoros salvajes eran vectores de transmisión, las autoridades locales decidieron crear una especie de "cordón sanitario" de 240 kilómetros de largo a lo largo del cual se exterminó a todos los grandes herbívoros salvajes. La epidemia se contuvo, pero no tuvieron en cuenta la reacción de los depredadores al quedarse sin sus presas naturales. En la década siguiente los leones de la región mataron y devoraron a más de 1500 personas, y se acostumbraron de tal manera a la carne humana que durante tres generaciones hubo que matar a todo león que se acercara a los poblados.
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