Increíble, pero cierto. Hubo un momento y un lugar en los que alguien pensó que rodar una película de Superman, dirigida por Tim Burton (Eduardo Manostijeras), escrita por Kevin Smith (Clerks) y protagonizada por Nicolas Cage (La búsqueda) era una buena idea. Y no sólo eso, también que valía la pena gastar esfuerzo y dinero para llevarla a los cines.
A principios de la década de los 90, el éxito de Batman y de su secuela, Batman vuelve, había vuelto a poner de moda las películas de superhéroes. Además, la excelente acogida de la saga de cómics Muerte y regreso de Superman había reavivado el interés por el emblemático personaje, algo decaído en los años previos. La Warner Bros y el productor Jon Peters (productor, entre otras de las dos entregas de Batman y de Gorilas en la niebla) decidieron que era un buen momento para rodar una nueva película protagonizada por el Hombre de Acero.
Peters contaba con un guión escrito por Jonathan Lemkin titulado provisionalmente Superman Reborn y basado principalmente en la historia de la Muerte de Superman, pero a Peters no acababa de convencerlo, así que contrató a principios de 1996 a Kevin Smith, reconocido aficionado a los cómics, para reescribirlo. Smith, admirador del personaje, quiso crear un guión que fuera un homenaje sincero de un fan hacia el héroe, pero tuvo que lidiar con las injerencias de Peters, que le obligó a introducir cambios importantes en el guión: un Superman que no volase, una escena en la que Superman peleaba contra una araña gigante, o un personaje secundario que sería un "perro espacial" (!), entre otros, lo que desvirtuó bastante la idea original de Smith. El guión así remodelado recibió el nombre de Superman Lives, y la fecha prevista para su estreno era el verano de 1998, coincidiendo con el 60 aniversario de la primera aparición del superhéroe en las páginas de la revista Action Comics. El reparto inicialmente pensado incluía a Ben Affleck como Superman, Linda Fiorentino como Lois Lane y Jack Nicholson como Lex Luthor.
El primer director con el que se contactó para dirigirlo fue el mexicano Robert Rodríguez (Abierto hasta el amanecer). Cuando este rechazó la oferta, Smith sugirió a Tim Burton, en buena medida por su buen trabajo en Batman. Es difícil imaginar el motivo que llevó a Burton a aceptar un proyecto tan alejado de su estilo; quizá el relativo fracaso de su anterior película, Mars Attacks!, le llevó a buscar un filme que, al menos en apariencia, tenía el éxito casi asegurado. Poco después, Nicolas Cage, otro fanático de los cómics (posee una de las mayores colecciones del mundo) se unía entusiasmado al proyecto como protagonista, convencido de darle un nuevo significado al personaje. A su vez, seguían apareciendo posibles nombres para acompañarlo en el reparto: Kevin Spacey, Christopher Walken, Gary Oldman, Michael Keaton, Jim Carrey, Sandra Bullock, Julianne Moore...
Burton nunca acabó de sentirse cómodo dentro del proyecto. Al poco de comenzar la pre-producción, en el verano de 1997, contrató al guionista Wesley Strick (El cabo del miedo) para que reescribiera el guión, algo que no sentó nada bien a Smith. El nuevo guión, sin embargo, era demasiado violento y confuso, aparte de que encarecería notablemente el presupuesto del filme. Por lo que, una vez mas, se recurrió a otro guionista, Dan Gilroy, que hizo una nueva versión, más sencilla (y barata de rodar). Pero los problemas, desacuerdos y los consiguientes atrasos se fueron acumulando. Incluso el nuevo traje de Superman diseñado para el filme, que se apartaba bastante de la estética de los cómics, parecía no convencer a nadie. Finalmente, en abril de 1998 Burton se rindió y abandonó el proyecto para irse a filmar Sleepy Hollow. Más tarde diría "Básicamente, malgasté un año. Un año es mucho tiempo para estar trabajando con alguien con quien de verdad no quieres trabajar".
La búsqueda de un nuevo director fue infructuosa. Michael Bay (Transformers), Martin Campbell (Goldeneye), Shekar Kapur (Elizabeth), Brett Ratner (Hora punta), Simon West (Lara Croft: Tomb Raider), Stephen Norrington (Blade) y Oliver Stone (JFK) declinaron uno tras otro hacerse cargo de un proyecto que parecía gafado. En junio de 1999 llegó un nuevo guionista, William Wisher Jr. (Terminator 2) para llevar a cabo la enésima modificación del guión. A mediados de 2000 Nicolas Cage, harto de esperar, abandonó definitivamente la película. Aún habría tiempo para una nueva revisión de la historia (a cargo del guionista Paul Attanasio) antes de que la Warner Bros, tras casi cinco años de trabajo y más de 30 millones de dólares gastados, decidiera dar carpetazo al filme, convirtiéndolo así en uno de los más rotundos fracasos de la historia del cine de superhéroes. El propio Cage diría años después: "En cierto modo creo que todos hemos salido ganando con el hecho de que esa película no exista".
En 2015 se estrenó The Death of "Superman Lives": What Happened?, un documental que indaga sobre la historia del frustrado filme, incluyendo entrevistas con los principales implicados en el proyecto, así como material procedente de la pre-producción, diseños y pruebas de cámara.
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