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domingo, 10 de diciembre de 2017

Johann Trollmann, "Rukeli"

Johann Wilhelm Trollmann, "Rukeli" (1907-1944)

Johann Wilhelm Trollmann nació el 27 de diciembre de 1907 en Wilsche, un distrito de la ciudad alemana de Gifhorn, en la Baja Sajonia. Miembro de una familia sinti (gitana) que había abandonado el nomadismo, se crió junto a sus ocho hermanos en Hannover, y desde muy niño se sintió atraído por el mundo del boxeo; dicen que tenía solo ocho años la primera vez que se subió a un ring. Había sido un niño delgado y enclenque, pero la práctica deportiva le convirtió en un joven fuerte y musculoso, que se ganó entre los suyos el apodo de "Rukeli", que en lengua romaní significa "árbol fuerte".

Rukeli comenzó a competir siendo todavía un adolescente, con notable éxito: ganó varios campeonatos regionales defendiendo los colores del club Heros de Hannover, y llegó a participar en el Campeonato Amateur alemán. Poseía un estilo adelantado a su tiempo: mientras la mayoría de boxeadores primaba la fuerza y la pegada, Rukeli hacía gala de una extraordinaria agilidad y de un veloz juego de piernas, moviéndose constantemente por el ring hasta cansar al rival. Una técnica similar a la que, décadas más tarde, utilizaría el gran Muhammad Alí. En una época en la que el boxeo era uno de los grandes pasatiempos nacionales, Rukeli no tardó en convertirse un personaje popular, lo que unido a su atractivo físico y su carisma le hizo ganar numerosas seguidoras entre el público femenino, algo que despertó no pocas envidias.


En 1928, Trollmann era uno de los candidatos a representar a Alermania en los Juegos Olímpicos de Amsterdam. Sin embargo, la Asociación Alemana de Boxeo lo excluyó de la lista definitiva con una excusa endeble: porque su estilo de boxeo no era "lo suficientemente alemán". En su lugar, envió a otro púgil, un boxeador de Hamburgo al que Trollamnn había derrotado en varias ocasiones. Después de eso, Trollmann se pasó al boxeo profesional, bajo la dirección de un hábil mánager berlinés llamado Ernst Zirzow. Sus primeros años fueron exitosos, ganó numerosas peleas en las categorías welter, medios y semipesados, no solo contra luchadores alemanes, también contra reputados boxeadores extranjeros como el argentino Russo o el holandés Boer. Se había convertido en una de las estrellas del boxeo alemán, pese a las reticencias que su origen despertaba; a menudo los periódicos se referían a él despectivamente llamándolo "gitano" y el Völkischen Beobachter, periódico oficial del Partido Nazi, llegó a calificarlo de "afeminado" y dijo de él que no tenía nada que ver con el "verdadero boxeo ario".

Pero la vida y la carrera de Johann Trollmann cambiarían irremediablemente después de la llegada al poder de los nazis en enero de 1933. El intervencionismo de los nazis en todos los aspectos de la sociedad alemana también alcanzó al boxeo; los clubes fueron intervenidos y reorganizados, y los luchadores no arios empezaron a recibir presiones y amenazas. Algunos, como el judío Erich Seelig, campeón alemán de los pesos semipesados, optaron por el exilio. En cambio Trollmann decidió quedarse, poniendo en aprietos a los jerarcas nazis; Rukeli era demasiado famoso, demasiado buen boxeador, como para prohibirle boxear sin una buena razón.

El 9 de junio de 1933 se celebró el combate por el título del peso semipesado que Seelig había dejado vacante. Trollmann se enfrentó a Adolf Witt, un boxeador alemán "de pura raza", en Berlín, en presencia de numerosos dirigentes nazis. La superioridad de Trollamnn fue absoluta, Witt fue sometido a un castigo como nunca había sufrido, y al final de la pelea Witt, que había conseguido evitar el KO, estaba ensangrentado y lleno de heridas, mientras que Rukeli aparecía fresco e indemne. Pese a ello, los jueces, presionados por las autoridades, declararon en un primer momento un empate. Sin embargo, el público, furioso con la decisión, les obligó a rectificar y Trollmann fue declarado vencedor. El título sólo le duraría ocho días; pasado ese tiempo, la federación alemana de boxeo le comunicaba que su título le era retirado por "conducta inapropiada" (supuestamente, por haber llorado de alegría al ser declarado campeón) y le emplazaba a un nuevo combate, que se celebraría el 21 de julio, ante otro contendiente, Gustav Eder, exhortándolo además a abandonar su "baile gitano" y a pelear con un estilo de boxeo "más alemán".

Trollmann vs. Witt
Rukeli no era el tipo de persona que soporta las injusticias y las arbitrariedades en silencio. El día de la pelea apareció en el cuadrilátero con el pelo teñido de rubio y el cuerpo cubierto de talco, componiendo así una caricatura del "boxeador ario" que deseaban los nazis. Además, una vez comenzado el combate, Trollmann se limitó a quedarse en el centro del ring, sin moverse, intercambiando golpes con Eder. Resistió así cinco asaltos, hasta quedar totalmente noqueado.

Después de esa pelea, la carrera boxística de Rukeli quedó prácticamente terminada. Logró disputar algunos combates más, siempre con trabas y presiones, hasta que finalmente la federación le retiró su licencia de boxeador en 1935, y tuvo que pasar a pelear en ferias y espectáculos circenses. En 1935 se casó con Olga Bilda, una mujer alemana con la que tendría una hija, Rita.

La vida de Rukeli, que ya era difícil de por si, se complicó aún más tras la promulgación de las leyes raciales de Nuremberg en septiembre de 1935, que buscaban impedir las relaciones entre los alemanes de pura raza aria y las etnias "inferiores y peligrosas" como los judíos o los gitanos. La presión sobre los gitanos llegó a ser tan asfixiante que en 1938 Trollmann se divorció de su esposa, para que ella y su hija pudieran cambiar de apellido y no las relacionaran con él. Ese mismo año, Trollmann fue arrestado y enviado al campo de trabajo de Ahlem, en Hannover, donde, al igual que les sucedería a otros miles de gitanos, fue esterilizado.

Tras ser puesto en libertad, recuperó la vida nómada de sus antepasados y pasó varios meses viviendo escondido en el bosque de Teutoburgo. En noviembre de 1939 fue reclutado por la Wehrmacht y enviado al frente. Combatió en Polonia, Francia y Bélgica y en 1941 fue destinado al frente ruso, donde fue herido, tras lo cual pudo regresar a Alemania. Poco después se promulgaba el decreto que equiparaba a judíos y gitanos; Rukeli fue expulsado del ejército y arrestado en junio de 1942 por la Gestapo. Conducido al campo de concentración de Neuengamme, cerca de Hamburgo, al enterarse de que había sido un boxeador famoso, para divertirse los guardias le hacían pelear contra soldados y contra otros prisioneros a cambio de comida. Con la ayuda de otros presos tomó la identidad de un preso fallecido y logró ser trasladado al campo de Wittenberge, pero allí volvió a ser reconocido y de nuevo obligado a pelear para divertir a sus guardianes.


Rukeli nunca saldría con vida de Wittenberge. Se dijo que había muerto por causas naturales, o tiroteado por los guardias. Sin embargo, una investigación de un periodista llamado Roger Repplinger reveló hace unos años que, en realidad, Trollman había muerto a causa de una paliza propinada por Emil Cornelius, un kapo (un prisionero que colaboraba con los guardianes a cambio de mejores condiciones de vida) al que había noqueado en uno de los combates que se organizaban en el campo. Su hermano menor, Heinrich Trollmann, apodado "Stabeli", también boxeador, moriría también en el campo de concentración de Auschwitz.

Monumento en honor a Rukeli en el parque Viktoria de Berlín
En 2003, la Asociación Alemana de Boxeo Profesional rehabilitó a Trollmann y le reconoció póstumamente como campeón de Alemania, entregando a sus descendientes una réplica del cinturón de campeón. Hay una calle en Hannover con su nombre, una placa frente al gimnasio de Hamburgo donde disputó algunas de sus peleas y un monumento en su memoria en el parque Viktoria de Berlín.

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