Uno de los artistas más famosos y a la vez más misteriosos del ukiyo-e fue Tōshūsai Sharaku. De Sharaku no se sabe prácticamente nada. Ni sus fechas de nacimiento y muerte, ni su origen. Es mas, hay serias dudas de que Tōshūsai Sharaku fuera su auténtico nombre y muchos se inclinan a creer que es un seudónimo. Su trabajo como grabador parece además concentrado en un lapso de tiempo extraordinariamente breve: solo unos diez meses, de mediados de 1794 a 1795, fuera de la cual no se conocen obras suyas. A pesar de ello, Sharaku parece haber tenido una actividad frenética durante ese periodo, ya que dejó más de 140 obras, todas publicadas por Tsutaya Jūzaburō, uno de los editores más célebres de la época.
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Arashi Ryūzō II en el papel del sirviente Namihei (Toraya Toramaru) (1794) |
La obra de Sharaku es sorprendentemente moderna y original para la época. Por su realismo (sus personajes son retratados a menudo haciendo muecas o gestos nada favorecedores), por la expresividad de sus personajes, llenos de fuerza y dinamismo, por su uso del color, por la firmeza de sus líneas, y también por su tono burlesco y por la agudeza psicológica de sus retratos. Parece ser que su estilo no tuvo demasiado éxito, lo que según algunos explicaría su súbito abandono del ukiyo-e.
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Ebisu (1794) |
Sharaku mostró en su temática una especial predilección por el teatro tradicional japonés. 136 de sus obras representan a actores de teatro (también se conservan 7 retratos de luchadores de sumo, 2 de guerreros y uno de Ebisu, el dios de la suerte y protector de los pescadores, obreros y niños pequeños). Otra de sus peculiaridades fue su rápida evolución en cuanto a su estilo; en su breve trayectoria se distinguen hasta cuatro periodos bien diferenciados (en los dos primeros, firmaba sus obras con su nombre completo; en los dos últimos, simplemente como "Sharaku").
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Iwai Kumesaburō I como la geisha Kumekichi (1795) |
¿Quién era realmente Sharaku? Dada su predilección por los retratos de actores y su aparente conocimiento del mundo del teatro, la hipótesis principal es que se trataba de un actor de teatro noh, probablemente perteneciente a la compañía privada de algún señor feudal o daimyo. Según estas hipótesis, su nombre real habría sido Saitō Jūrōbei, Harutō Jizaemon o Harutō Matazaemon, y habría muerto en torno a 1806, estando su tumba en el templo Kaizenji, en el distrito de Asakusa, en la actual Tokyo. Pero no es la única teoría. Otra de las propuestas es que, en realidad, Tōshūsai Sharaku nunca existió, y que se trataba en realidad del seudónimo empleado por un grupo de varios artistas, lo que explicaría la diferencia de estilo mostrada por las obras de Sharaku a lo largo de su carrera. "Sharaku" sería de este modo un derivado de "sharakusai", una expresión que significa "sin sentido".
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Daidōzan Bungorō entra al dohyō (1794) |
En 1968, el historiador y filósofo Tetsuji Yura propuso la teoría de que Sharaku era en realidad Hokusai (1760-1849), otro de los grandes maestros del ukiyo-e. No hay muchos datos que apoyen su teoría, más allá de que Hokusai estuvo aparentemente inactivo entre 1792 y 1796 (coincidiendo con la muerte de su primera esposa y su segundo matrimonio) y que a lo largo de su carrera utilizó frecuentemente seudónimos para eludir algún que otro problema con la censura de las autoridades. Otro nombre propuesto es el del poeta y escritor Santō Kyōden, del que se sabe que también permaneció algún tiempo sin escribir tras enviudar en 1793. Otras hipótesis sobre la identidad real de Sharaku apuntan a su editor Tsutaya Jūzaburō o a alguien de su familia; a otros artistas de ukiyo-e como Utamaro o Maruyama Ōkyo; a algún pintor de prestigio que no quería ver menoscabada su fama porque su nombre se vinculase con un género considerado menor y vulgar como el ukiyo-e; o incluso a un autor desconocido no japonés (probablemente holandés).
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La gran ola de Kanagawa (Hokusai, 1831) |
Pese a la fama alcanzada por sus obras fuera de Japón, en su patria natal la obra de Sharaku nunca gozó de demasiada consideración. Fueron expertos extranjeros como el norteamericano Ernest Fenollosa o el alemán Julius Kurth los que rescataron su obra del olvido y lo dieron a conocer como uno de los grandes autores de la historia del arte. Aún así, en Japón no fue hasta 2011 que se organizó una retrospectiva amplia de su obra.
La primera imagen me resultaba muy familiar, aparece en el escenario del personaje Honda del videojuego street fighters 2, pintado sobre una pared al fondo.
ResponderEliminarAl margen, excelente artículo.
Es probablemente la obra más famosa de Sharaku y aparece reproducida con frecuencia. Seguramente la podrás ver en películas, videojuegos, etc.
EliminarMe alegro de que te haya gustado la historia. Un saludo:
Me importa un pico master
ResponderEliminarme declaro hater numero 2 de este blog
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