Fannie Quigley (1870-1944) |
El descubrimiento de oro en la región canadiense del Yukon a finales del siglo XIX provocó la llegada de miles de personas en busca de fortuna. Desde todos los rincones de Norteamérica e incluso del extranjero llegaban aventureros que habían dejado atrás sus hogares e incluso sus familias y sus empleos, persiguiendo el sueño de hacerse ricos rápidamente; un sueño que solo unos pocos alcanzarían. Algunos acabaron convertidos en personajes célebres o casi legendarios; y entre los personajes más reconocibles que se podían encontrar en aquellos campamentos mineros había una mujer: Fannie Quigley.
Nacida con el nombre de Frances Sedlacek en Wahoo (Nevada) en 1870, en el seno de una familia de humildes granjeros originarios de la región checa de Bohemia, huérfana de madre desde los seis años, la granja de su familia tuvo que soportar sequías, tormentas, plagas de langostas y crisis económicas, unas desventuras que contribuyeron a forjar el carácter de la joven Fannie. Con 16 años se marchó de casa y comenzó a viajar hacia el Oeste siguiendo el avance de la vía férrea de la Union Pacific, empleándose como cocinera en los campamentos de trabajadores del ferrocarril.
Cuando estalló la fiebre del oro Fannie acudió como tantos otros y se instaló en Dawson City, el epicentro del que partían las oleadas de buscadores de oro que se desperdigaban luego por las orillas del río Klondike y sus afluentes. Y allí Fannie vio su oportunidad cuando escuchó lo difícil que era encontrar una comida decente en la ciudad y que muchos de los buscadores, llevados por la prisa para empezar cuanto antes sus sondeos, habían partido con pocos suministros. Muy pronto Fannie comenzó a recorrer los campamentos mineros llevando un trineo cargado con una tienda, una cocina portátil y provisiones, para preparar y vender a los hambrientos mineros sus platos. Muy pronto la figura de "Fannie la caminante", como la llamaban por las largas distancias que recorría con su cocina a cuestas, se hizo popular entre los mineros de la región. Y aunque su principal ocupación era la cocina, tampoco desechaba la posibilidad de encontrar oro: en 1900 está registrada su primera reclamación de una concesión minera, cerca de la localidad de Clear Creek.
Fannie Quigley (c. 1940) |
En octubre de 1900 Fannie se casa en Dawson con Angus McKenzie. Será un matrimonio corto y turbulento. Ambos regentarín una posada cerca del pueblo de Gold Bottom. Las peleas y discusiones entre ambos eran frecuentes, debido en buena parte al abundante consumo de alcohol por parte de los dos. Finalmente, en enero de 1903 Fannie deja a Angus y el Klondike, y viaja 800 millas al norte hacia Alaska, donde se habían producido nuevos hallazgos. Curiosamente, no se ha encontrado registro alguno de su divorcio, lo que hace suponer a algunos que su separación de Angus fue más un asunto de facto que oficial. En Alaska reside sucesivamente en Rampard, Tanana y Chena, antes de trasladarse en agosto de 1906 a la zona de Kantishna, donde un grupo de mineros encabezados por Joe Quigley acababa de encontrar recientemente nuevos y ricos yacimientos de oro y plata.
En Kantishna Fannie sigue con sus negocios, preparando comidas para los mineros y a la vez explotando ella misma varias concesiones: hasta 26 registró a su nombre entre 1907 y 1919. Las condiciones en Kantishna eran más complicadas que en Dawson; no había carreteras y los víveres tenían que ser transportados en trineos durante muchas millas de territorio agreste. Por eso Fannie se vio obligada a depender de si misma para abastecerse. Empezó a cultivar cereales y verduras en los terrenos alrededor de su cabaña (también recogía frutas y verduras silvestres) y a cazar para disponer de carne. Nunca había cazado antes de llegar a Kantishna y apenas sabía disparar, pero acabó convertida en una consumada cazadora. Para obtener carne cazaba caribúes, alces, muflones e incluso osos (eran famosos sus pasteles de hojaldre, en cuya masa usaba grasa de oso), que despiezaba en el mismo lugar para luego cargar la carne hasta su cabaña, recorriendo a veces varias millas a través de las montañas; y también atrapaba zorros, lobos y linces para obtener pieles. Utilizaba algunos túneles abandonados de prospecciones cercanas para conservar en ellos las provisiones, y también para elaborar cerveza.
Fannie no tardó en convertirse en un personaje casi legendario en toda la región. Con una fortísima personalidad y una presencia imponente, pese a su escaso metro y medio de altura, vestida casi siempre con ropas de hombre, terriblemente malhablada, cazadora casi infalible y fabulosa bebedora, todos en los campamentos mineros estaban familiarizados con su figura y sus hazañas. Tan notoria era su fama, que después de que en 1921 toda la región circundante al monte McKinley (hoy monte Denali) fuera declarada Parque Nacional, a los jóvenes rangers destinados a vigilar el parque les decían simplemente que, en caso de que tuvieran alguna duda acerca de la región o de como sobrevivir en su nuevo destino, le pidieran consejo a Fannie. Además, dado que su cabaña estaba estratégicamente situada en la ruta que seguían las expediciones hacia el monte McKinley, fueron huéspedes suyos personajes conocidos, como el escritor Jack London, el montañero y cartógrafo Bradford Washburn o la expedición liderada por Hudson Stuck que por primera vez coronó el monte en 1913.
De derecha a izquierda, Fannie Quigley, Joe Quigley, Ruth Carson y Joe Dalton (c. 1919) |
En 1918 Fannie y Joe Quigley se casaron, tras más de una década conviviendo. Ambos llegaron a ser una pareja próspera; a la vez que Fannie seguía cocinando para los mineros, ambos eran titulares de un buen número de concesiones, algunas explotadas por ellos mismos y otras alquiladas a otros mineros. Durante la epidemia de gripe española, Fannie, naturalista y con conocimientos de enfermería, trabajó en el hospital de la localidad de Nenana. En 1924 Fannie abandonó Kantishna por primera y última vez para visitar a su familia, a la que no veía desde hacía casi treinta años.
En 1930 Joe Quigley sufrió un grave accidente mientras trabajaba en una de sus minas, que le obligó a pasar una larga temporada convaleciente en un hospital de Fairbanks. Allí Joe se enamoró de una de sus cuidadoras, una enfermera bastante más joven que él. Su divorcio de Fannie se formalizaría en 1937; liquidaron sus sociedades conjuntas y cedieron sus concesiones mineras a la empresa Red Top Mining Company, a cambio de una cantidad anual que se repartieron equitativamente. Joe y su nueva esposa abandonaron Kantishnaa para instalarse en Seattle, buscando una vida más cómoda, pero Fannie se quedó; amaba la montaña y se sentía feliz en ella.
La cabaña de Fannie Quigley, en la actualidad |
Por aquel entonces ya se había construido una carretera a través del Parque, con lo que a la cabaña de Fannie, que en un tiempo era accesible solo a pie o con trineos de perros, llegaban habitualmente visitantes y curiosos deseosos de conocer a la mítica pionera. Y allí siguió viviendo Fannie, sin abandonar su querida montaña más que para alguna visita ocasional a Fairbanks, hasta su muerte, acontecida el 25 de agosto de 1944, cuando contaba 73 años, mientras dormía. El Fairbanks Daily News-Miner tituló su obituario: "Una de las pioneras más pintorescas de Alaska ha llegado al final de su camino". Su cabaña aún se conserva en el Parque Nacional Denali.
Gracias por las historias tan interesantes que nos cuentas.
ResponderEliminarGracias a vosotros por leerlas.
EliminarSaludos.
Impresionante historia. Felicitaciones.
ResponderEliminarMuchas gracias, celebro que te haya gustado.
EliminarSaludos.