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La rueda de las marismas de Ljubljana |
En 2002 arqueólogos eslovenos del Instituto de Arqueología de Ljubljana encontraban en unas marismas a veinte kilómetros al sur de la capital eslovena una rueda hecha de madera de fresno y roble, y un eje de madera de roble. Sometida a datación por radiocarbono, a la rueda, de 72 centímetros de diámetro, se le atribuyó una antigüedad de entre 5100 y 5350 años, lo que la convierte en la rueda más antigua conocida.
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La Venus de Hohle Fels |
Hallada en septiembre de 2008 en la cueva de Hohle Fels (Alemania), esta estatuilla de apenas seis centímetros de altura y 33 gramos de peso representa una figura femenina con sus atributos sexuales exagerados. Los exámenes a los que ha sido sometida le otorgan una antigüedad de entre 35000 y 40000 años, lo que la sitúan en la cultura Auriñaciense y la convierten en la estatua humana figurativa más antigua conocida hasta la fecha, y probablemente en la escultura más antigua en general, aunque algunos se lo atribuyen al llamado
Hombre león de Hohlenstein-Stadel.
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Las pinturas de la cueva de Blombos |
La cueva de Blombos, situada en la costa sudafricana del Océano Índico, a unos 300 kilómetros al este de Ciudad del Cabo, fue utilizada como refugio ocasional por pequeños grupos de humanos hasta hace unos 70000 años. En esta cueva se encontró en 2002 el que se considera el dibujo más antiguo realizado por un ser humano: una serie de marcas grabadas con ocre sobre un fragmento de un mineral llamado silcreta. A estas pinturas se les calculan unos 73000 años de antigüedad, es decir, 30000 años más antiguas que las pinturas rupestres más antiguas conocidas entonces, halladas en España e Indonesia.
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Los pantalones de Yanghai
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En 2014 un equipo de arqueólogos alemanes descubría en una tumba del yacimiento conocido como "Tumbas de Yanghai", en la cuenca del río Tarim, al oeste de China, unos pantalones, los más antiguos jamás hallados, datados hace 3000 años y en un excelente estado de conservación. Los pantalones, hechos de lana marrón, son sorprendentemente modernos en cuanto a su forma y costura. Se encontraban en una tumba donde habían sido enterrados dos hombres de unos 40 años pertenecientes a la cultura Gushi, una tribu de pastores seminómadas que probablemente inventaron esta prenda para tener mayor libertad de movimientos al montar a caballo.
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Los chicles de Huseby Klev |
El yacimiento de Huseby Klev es un antiguo asentamiento de cazadores-recolectores situado en la costa occidental sueca, al norte de Göteborg y con una antigüedad estimada de unos diez mil años. En este yacimiento se han hallado, desde la década de 1990, numerosas muestras de los que se consideran los chicles más antiguos conocidos. Se trata de pequeñas masas de brea de corteza de abedul, un material que los habitantes de Huseby Klev utilizaban como adhesivo en armas y herramientas pero que también solían masticar, bien para darle forma o quizá por sus propiedades antisépticas. La importancia de estos hallazgos radica en que, pese a su antigüedad, es posible obtener de ellos el ADN de las personas que los masticaban, lo que ha proporcionado una valiosísima información sobre el origen de aquellos humanos.
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Las herramientas de Lomekwi |
En Lomekwi 3, un yacimiento a orillas del lago Turkana, en el norte de Kenia, se han hallado desde julio de 2011 un importante número (cerca de 150) de herramientas de piedra, que incluyen lascas (fragmentos cortantes desprendidos de otra roca), núcleos (rocas de mayor tamaño de los que se extraen lascas) y yunques (rocas contra las que se golpean los núcleos). La datación de estas herramientas sitúa su fabricación hace 3'3 millones de años, lo que no solo las hace ochocientos mil años más antiguas que las halladas en Gona (Etiopía), y que hasta entonces eran consideradas las más antiguas, sino que además son medio millón de años anteriores al primer fósil conocido del género
Homo. Esto lleva a pensar que las primeras herramientas no fueran obra de
Homos sino de una especie anterior, muy probablemente
Kenyanthropus platyops, un homínido del que se encontró un cráneo en 1999.
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La espada de San Lázaro |
Hace unos años una joven italiana llamada Vittoria Dall’Armellina, estudiante de doctorado en la Universidad Ca’ Foscari de Venecia, se hallaba visitando el monasterio de San Lázaro de los Armenios, un pequeño islote en la laguna de Venecia perteneciente a la Orden Mequitarista (una pequeña orden monástica de origen armenio) cuando una pequeña espada le llamó la atención. La espada estaba expuesta en una vitrina junto a otros objetos medievales, pero Vittoria, cuya tesis de doctorado en Arqueología trataba sobre los orígenes de la espada en Oriente Medio, se dio cuenta de que aquel objeto no parecía medieval en absoluto, y si tenía un gran parecido a las espadas halladas en el palacio real de Arslantepe (Anatolia), fechadas en el cuarto milenio antes de Cristo y consideradas las más antiguas del mundo, que la joven había estudiado para su doctorado. Tras comprobar que la espada no estaba en el catálogo de antigüedades orientales del museo del monasterio, Vittoria habló con la directora de su tesis, la doctora Elena Rova, para iniciar una investigación. Los análisis a los que fue sometida la pieza demostraron que, efectivamente, la espada era mucho más antigua de lo que creía y tiene alrededor de cinco mil años de antigüedad, siendo muy probablemente la espada más antigua que se conserva. Está fabricada con cobre arsenicado (una aleación utilizada antes de la aparición del bronce), al igual que las de Arslantepe, y su forma y fabricación son igualmente similares, con lo que es lógico atribuirle un origen común. En cuanto a como fue a parar a San Lázaro, una nota hallada en el archivo del monasterio indica que un comerciante de obras de arte armenio llamado Yervant Khorasandjian donó a finales del siglo XIX varios objetos (entre los que estaba la espada) a un sacerdote llamado Ghevond Alishan, haciendo constar que habían sido hallados en un yacimiento de una ciudad de la región turca de Trebisonda llamada Kavak. Dado que la espada no presenta inscripciones ni marcas de uso, no se sabe si se trató de un arma usada realmente en combate, de una pieza de exhibición o de parte de un ajuar funerario.
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Las sandalias de la Gran Cuenca |
Halladas por el arqueólogo norteamericano Luther Sheeleigh Cressman en una excavación en territorio del estado de Oregón en los años 30, estas sandalias, fabricadas con fibras vegetales como la corteza de artemisa, fueron datadas hace más de diez mil años, lo que las convierte en el calzado más antiguo jamás hallado. Fueron encontradas bajo una capa de ceniza volcánica, lo que explica en parte su excelente estado de conservación.
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Las marcas de las pinturas rupestres |
En numerosos yacimientos de pinturas rupestres de toda Europa se han encontrado, acompañando a las representaciones de animales como bisontes, ciervos, mamuts, caballos, etc. extrañas marcas como puntos o líneas. Nadie había prestado demasiada atención a estas marcas hasta que un investigador llamado Ben Bacon, un restaurador de muebles y arqueólogo aficionado, presentó, después de años de investigación, la sorprendente teoría de que esas marcas son en realidad un sistema primitivo de escritura que proporcionaba información acerca de las épocas de apareamiento y cría de los animales allí representados. Bacon revisó durante años centenares de imágenes de pinturas rupestres, examinando las marcas y buscando patrones recurrentes, antes de que sus conclusiones se publicasen en el Cambridge Archeological Journal en enero de 2023. Aunque algunos investigadores se resisten a calificar como "escritura" estas marcas, si que estaríamos ante el primer ejemplo conocido de protoescritura (en el sentido de transmitir información a través de signos sobre un soporte) de la historia de la humanidad.
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