Verba volant, scripta manent

domingo, 4 de junio de 2023

La fabulosa Katie Sandwina

Katie Sandwina y su esposo Max

Katharina Brumbach estuvo inmersa en el mundo del circo desde el momento mismo de su nacimiento. Vino al mundo en Viena en 1884, en el interior de un carromato del circo en el que actuaban sus padres, Philippe y Johanna Brumbach, un matrimonio de origen bávaro famoso por sus exhibiciones de fuerza. Por tradición familiar, los catorce hijos que tuvo el matrimonio probaron suerte en el mundo de las demostraciones de fuerza, pero ninguno llegó a tener la fama mundial de la que acabaría gozando Katie. Había heredado de sus padres unas cualidades asombrosas; con dos años ya era capaz de levantarse en vilo apoyada en las palmas de las manos de su padre. A ello unía una voluntad férrea y una sobresaliente disciplina a la hora de completar sus entrenamientos.

Cuando llegó a la adolescencia Katie ya medía 1'80 metros (de adulta alcanzaría el 1'85, con un peso de unos 95 kilos), lo que la hacía no sólo mucho más alta que la media de las mujeres de su época, sino también más que muchos hombres. Un número habitual de las actuaciones de su familia consistía en que Philippe animaba a los hombres del público a enfrentarse a ella en un combate de lucha, ofreciendo 100 marcos a quien pudiera derrotarla. Muchos, confiados en vencer a quien para ellos no era más que una niña, aceptaban el reto; pero ninguno logró jamás vencerla.


Con 16 años conoció a un acróbata alemán llamado Max Heymann, de 19, quien la retó creyendo que si la vencía se haría famoso y le ayudaría en su carrera. Como era de esperar, Katie lo derrotó sin dificultad, y de ese encuentro nacería un romance que acabaría con los dos pasando por el altar solo unos meses después. Fue un matrimonio feliz y cómplice, que duraría casi 52 años y del que nacerían dos hijos: Theodore (1909-1997), que fue boxeador profesional de pesos pesados con el apodo de Ted Sandwina, y Alfred (1918-1983), actor.

Entre 1900 y 1910, los Heymann recorrieron Europa y Estados Unidos con su espectáculo, en el que Katie hacía todo tipo de alardes de fuerza que dejaban anonadado al público: doblaba barras de hierro, abría eslabones de cadena con sus manos, incluso levantaba en vilo a su marido por encima de su cabeza y se lo echaba al hombro como si fuera el fusil de un soldado. Pero acaso su número más célebre era el llamado "Bridge of Might", "El puente del poder": sostenía solo con su pecho un puente de madera sobre el que pasaba un grupo de personas disfrazadas de soldados romanos, alguno incluso a caballo.

En 1902, en Nueva York, Katharina desafió al alemán Eugen Sandow, considerado el padre del culturismo y famoso por su fuerza física y por la perfección de su musculatura (hasta el punto de que solían llamarlo "el espécimen masculino perfecto"). En la prueba culminante del desafío, Katie levantó un peso de 300 libras por encima de su cabeza, mientras que Sandow solo pudo levantarlo hasta la altura de su pecho. A partir de entonces Katie, que había utilizado su nombre de nacimiento o el apodo de Lady Hércules, comenzó a utilizar el nombre artístico de Sandwina, derivado de Sandow, renombrando su espectáculo como La Gran Sandwina.

En 1911 el matrimonio Heymann es contratado por el legendario circo norteamericano Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus, el más grande y famoso de su época, instalándose definitivamente en EEUU. Ese mismo año es presentada públicamente en el Madison Square Garden, donde diez médicos de todo el país certifican que "según sus medidas, es una mujer perfecta según todos los estándares aceptados". Periodistas de la época como Kate Carew destacan que, pese a su extraordinaria fuerza, Katie seguía siendo una mujer atractiva y femenina. También en 1911 bate el record mundial de levantamiento de peso femenino, un record que duraría 75 años; no sería superado hasta que en 1986 la halterófila norteamericana Karyn Marshall levantó 220 kilos.

Fuera de los escenarios, Katie Sandwina era una mujer comprometida y de fuertes convicciones. Apoyó de manera entusiasta al movimiento sufragista, que perseguía la concesión del derecho al voto femenino, y participó en la creación de la primera asociación de mujeres sufragistas del mundo del circo, la Suffragette Ladies of the Barnum & Bailey Circus, que llegó a tener 800 socias y de la que Brumbach fue vicepresidenta. Durante la década de 1930 su marido y ella trabajaron para la WPA (Works Progress Administration), una agencia federal creada por el presidente Franklin Delano Roosevelt para dar trabajo a millones de desempleados afectados por la gran Depresión de 1929. En su caso, formaron parte de la WPA Circus, una sección que empleaba a artistas de circo en paro para que actuaran para familias desfavorecidas que no podían permitirse otro tipo de entretenimiento.

Durante décadas, Katharina y Max viajaron con el circo por todo Estados Unidos y el extranjero, hasta bien entrados los sesenta años. En 1948, cuando Katie contaba ya 64 años, ambos decidieron que ya era hora de dejar la vida ambulante del circo y buscar algo de estabilidad y tranquilidad para sus últimos años. Dejaron el circo y se instalaron en Nueva York, donde abrieron en el barrio de Queens un restaurante al que llamaron Kati Sandwina, World’s Strongest Woman, Bar and Grill. En él, Max cocinaba y Katharina servía las mesas, y de cuando en cuando hacía alguno de sus viejos números como doblar herraduras o levantar en vilo a su marido, para deleite de sus comensales.

Katharina Brumbach murió el 21 de enero de 1952, a los 67 años de edad, a causa de un cáncer al que ni siquiera su fuerza pudo vencer. Fue enterrada en el Cementerio Judío de Staten Island. A su muerte, su marido donó su archivo y sus recuerdos de su época circense a la New York Public Library for the Performing Arts.

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