Verba volant, scripta manent

lunes, 15 de julio de 2024

Libros perdidos (II)

Les Journées de Florbelle, del Marqués de Sade

Donatien Alphonse François de Sade, marqués de Sade (1740-1814)

Donatien Alphonse François de Sade, más conocido como el Marqués de Sade, pasó los últimos años de su escandalosa vida en el manicomio de Charenton, en relativa tranquilidad, acompañado de su amiga y amante Constance Quesnet, a la que hacía pasar por hija ilegítima suya y a la que nombró heredera universal en su testamento. Su familia costeaba su estancia y manutención, y él se entretenía con su extensa biblioteca y organizando obras de teatro con los demás enfermos como actores. Cuando el marqués muere, el 2 de diciembre de 1814, su hijo Claude-Armand, que se encontraba de visita, aprovecha la ausencia de Constance (de viaje en París) y, contrariamente a los deseos de su padre, lo hace enterrar en el cementerio local tras una sencilla ceremonia religiosa. Además, ordena quemar todos los manuscritos que el marqués conservaba en su habitación, así como varios más que habían sido confiscados por la policía en un registro unos años antes. Entre ellos, una novela inédita de carácter libertino en diez tomos titulada Les Journées de Florbelle ou la Nature dévoilée (Las jornadas de Florbelle o la Naturaleza desvelada), así como unas memorias en dos tomos tituladas Mes confessions (Mis confesiones) y otra obra titulada Réfutation de Fénelon (Refutación de Fénelon), que se cree que era una apología del ateísmo.

Las Memorias de Lord Byron

George Gordon Byron, Lord Byron (1788-1824)

Cuando el célebre y escandaloso poeta británico Lord Byron murió a causa de unas fiebres en la localidad griega de Missolonghi, donde se encontraba ayudando a los griegos en su lucha por independizarse del Imperio Otomano, dejó escritas unas Memorias, 78 folios redactados entre 1818 y 1821, al parecer bastante explícitas en cuanto a su vida, sus amores y sus ideas. Después las entregó a su amigo el también poeta Thomas Moore, para que las custodiase. Más tarde, entre 1820 y 1821, Byron añadiría un prolongación, totalizando unas 120000 palabras. En 1821 Moore las vendió, con el permiso del autor, al editor John Murray, con la condición de que no se publicasen hasta después de la muerte de Byron, y de que tanto él como Moore tuvieran derecho a volverse atrás y recomprarlas antes de que Lord Byron muriese.

Sin embargo, solo unas semanas después de la muerte de Lord Byron, Moore, Murray, el escritor John Hobhouse y varios conocidos más del difunto se reunieron en Londres, primero en casa de Hobhouse y luego en la de Murray, y decidieron que lo mejor era destruir el manuscrito, porque consideraban que su contenido era tan escandaloso y licencioso, que probablemente mancharía el nombre de Byron y de su familia para siempre. ¿Qué había tan inmoral en aquellas Memorias? Lo cierto es que en la vida del poeta había motivos más que suficientes para el escándalo. Cuando leas mis memorias comprenderás los males, tanto morales como físicos, de la verdadera disipación. Puedo asegurarte que mi vida es muy entretenida y muy instructiva, le dijo en una conversación al poeta Thomas Medwin. Probablemente hablaba de sus numerosas aventuras sexuales, muchas de ellas con mujeres casadas; de su más que probable bisexualidad; o incluso de la relación incestuosa que había mantenido con su medio hermana, Augusta Leigh, fruto de la cual supuestamente habría nacido una de las hijas de Augusta, Elizabeth. Sea como fuere, y pese a las protestas de Moore, que opinaba que era suficiente con eliminar los pasajes más escabrosos, el manuscrito original y la única copia existente fueron quemados en la chimenea de la casa de Murray, en lo que en Inglaterra aún llaman "el mayor crimen literario de la historia".

La segunda parte de Almas muertas, de Nikolai Gogol


Nikolái Vasílievich Gógol (1809-1852)


El escritor ruso Nikolai Gogol publicó en 1842 la que posiblemente sea su obra más importante, Almas muertas, una obra capital de la literatura rusa del siglo XIX. En 1848, después de una peregrinación a Tierra Santa, Gógol, llevado por sus profundas convicciones religiosas, decidió abandonar la literatura para dedicarse en exclusiva a la religión. La noche del 24 de febrero de 1852, cuando había retomado su carrera como escritor, sufrió una crisis depresiva y quemó la segunda parte de Almas muertas, que tenía prácticamente acabada. Al parecer, lo hizo después de que su guía espiritual, un monje llamado Matvey Konstantinovsky, le insistiera repetidamente que su obra literaria era pecaminosa y maligna. Sin embargo, Gógol se arrepintió de inmediato, creyéndose víctima de una broma que le había gastado el mismísimo demonio. Cayendo en un estado de profunda depresión, Gógol se acostó en su cama, rechazando toda comida, y murió nueve días después.

La Isla de la Cruz, de Herman Melville

Herman Melville (1818-1891)

Es sabido que, tras el relativo fracaso de sus novelas Moby Dick (1851) y Pierre o las ambigüedades (1852) Herman Melville decidió abandonar su idea de dedicarse en exclusiva a la literatura y buscar otros trabajos, como marinero o agente de aduanas, para mantener a su familia. Desde ese momento, y hasta su muerte en 1891, Melville se dedicaría fundamentalmente al relato y a la poesía, y solo publicaría tres novelas más (una de las cuales, Billy Budd, dejó inacabada). Sin embargo, gracias a su correspondencia y a la de algunos de sus familiares, se sabe que en 1852 escribió una novela titulada La Isla de la Cruz, cuyo argumento ofreció previamente a su amigo Nathaniel Hawthorne (autor entre otras obras de La letra escarlata), que lo rechazó. La Isla de la Cruz se inspira en un suceso real del que Melville había oído hablar en un viaje a la isla de Nantucket, la historia de una mujer llamada Agatha, hija de un farero, que salva la vida de un náufrago al que el mar ha arrojado a la costa. Agatha lo cuida hasta que se recupera, y luego se casa con él, pero más tarde él la abandona. Melville escribió la novela en la segunda mitad de 1852 y la ofreció al año siguiente a sus editores, Harper & Brothers, a los que no les disgustó pero la rechazaron, temiendo una denuncia por parte de la familia de la mujer. A partir de ahí no se supo más del manuscrito de la novela, ni si se extravió en la editorial ni si el propio Melville lo destruyó.

The Temple at Thatch, de Evelyn Waugh

Arthur Evelyn St. John Waugh
Evelyn Waugh es considerado uno de los grandes novelistas del siglo XX, pero sus inicios no fueron sencillos. Comenzó a escribir la que iba a ser su primera novela, titulada The Temple at Thatch, en 1924, cuando tenía 21 años y estaba a punto de graduarse en el Hertford College de Oxford, y siguió trabajando en ella a lo largo de los siguientes doce meses. Pero cuando la tuvo lista, se la dio a leer a su amigo Harold Acton, el cual hizo una crítica bastante negativa acerca de ella. Waugh, desencantado, acabó por quemar el manuscrito, lo que, unido a otros problemas personales, le llevaron incluso a considerar el suicidio, antes de experimentar lo que él llamó "un súbito regreso al sentido común". Waugh, no obstante, no se volvió a atrever a escribir una novela hasta 1928, cuando publicó Decadencia y caída, con gran éxito. Es posible que alguna de las ideas y personajes de The Temple at Thatch fueran luego reutilizadas por Waugh en un relato titulado The Balance, publicado en 1925.


Double exposure, de Sylvia Plath

Sylvia Plath (1932-1963)
Tras el suicidio de la escritora y poetisa norteamericana Sylvia Plath en 1963, su marido, el también escritor Ted Hughes, del que Sylvia estaba separada pero no divorciada, se convirtió en su heredero universal. Plath dejó diversas obras inéditas, poemas, sus diarios, y también una novela, titulada provisionalmente Double exposure, que habría sido la segunda novela publicada por Plath, después de La campana de cristal. Sin embargo, esa novela nunca fue publicada, y Hughes afirmaría haber "perdido" el borrador de la novela en algún momento de la década de 1970, sin saber qué fue de él e incluso acusando a la madre de Plath, Aurelia, de haberlo robado. 

Hughes admitiría en un prólogo que escribió para la edición en 1982 de los diarios personales de su esposa que había "extraviado" uno de sus diarios y destruido otro, porque no quería que sus hijos lo leyeran. Quienes pudieron echar un vistazo a Double exposure cuentan que se trata de la historia de una mujer que descubre que su marido la está engañando; la misma historia que Plath vivió en su matrimonio con Hughes. Hay quien piensa que en realidad Hughes escondió o destruyó la novela por su carácter autobiográfico y porque revelaba detalles muy personales de la relación del matrimonio.


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