Verba volant, scripta manent

lunes, 23 de marzo de 2020

El lago de los esqueletos



En 1942 un guarda de la reserva de Nanda Devi (en el estado de Uttarakhand, en el norte de la India) llamado Hari Kishan Madhwal comunicaba a las autoridades británicas un macabro hallazgo. En un pequeño lago llamado Roopkund Madhwal había hallado un elevado número de esqueletos humanos, tanto en el fondo del lago como en sus orillas, en un número indeterminado, pero que seguramente era de varios centenares.

Roopkund es un lago glaciar de pequeño tamaño (unos cuarenta metros de diámetro y apenas dos de profundidad) situado en las estribaciones del macizo himalayo de Trisul, a algo más de 5000 metros de altitud. Las leyendas locales atribuyen su creación al dios Shiva, el cual lo habría creado para que su esposa la diosa Parvati se lavara las manos después de una batalla contra los demonios. Permanece cubierto de hielo la mayor parte del año, aunque durante mayo y junio el aumento de las temperaturas hace que el hielo se derrita y el lago quede al descubierto. La zona en la que se encuentra está deshabitada y rodeada de glaciares y montañas permanentemente nevadas, por lo cual el acceso al lago no es sencillo.


Los británicos se mostraron inicialmente preocupados. Temían que aquellos restos pertenecieran a tropas japonesas que habrían tratado de invadir la India cruzando el Himalaya desde el norte, pero una primera investigación descartó esa posibilidad, concluyendo que aquellos restos eran mucho más antiguos. Más tarde se descubriría que la presencia de los esqueletos era mencionada ya en documentos del siglo XIX. Una investigación llevada a cabo en la década de 1950 por el Instituto Antropológico de la India, dató los restos entre el siglo XII y el XV. Las bajas temperaturas de la zona han contribuido a conservar los restos, algunos de los cuales incluso conservan restos de carne pegados a ellos. Además, también se han hallado junto a los esqueletos objetos de madera y cuero, puntas de lanza e incluso joyas como anillos.

Diversas teorías se han propuesto a lo largo de los años para explicar el origen de los restos. Una leyenda local cuenta que un rey de la ciudad de Kannauj llamado Raja Jasdhaval y su esposa embarazada, la Rani Balampa, acudieron con un séquito al santuario de Nanda Devi, pero que el comportamiento libertino de los peregrinos enfureció a la diosa, que como castigo les envió una terrible granizada que acabó con todos. Se especuló también con que se tratase de soldados del ejército del general Zorawar Singh, muerto en 1841 durante una campaña contra los tibetanos (a pesar de que un número elevado de los esqueletos pertenecen a mujeres) o una caravana de mercaderes víctima de una avalancha. Incluso se sospechó que pudiera tratarse de víctimas de una epidemia o de algún ritual suicida, aunque no se halló prueba alguna de ello.


En 2004 se llevó a cabo una expedición dirigida por la National Geographic que tomó muestras de algunos de los restos (se calcula que en el lago hay restos de entre 300 y 600 personas), que fueron sometidas a una datación por radiocarbono en la Universidad de Oxford. El resultado del estudio demostró que parte de los restos estaban datados en torno al siglo IX, pero muy probablemente no procedían de un único episodio, sino que habían sido depositados en el lago a lo largo de años o décadas. Otros restos, en cambio, eran mucho más recientes, de en torno al año 1800, y si parecían haber ido a parar al lago en un único suceso catastrófico.

Más recientemente, en 2018, un estudio genético llevado a cabo por científicos hindúes y estadounidenses sacó a la luz nuevos datos que contribuyeron a aumentar el misterio sobre los esqueletos de Rookpound. Mientras los restos más antiguos están emparentados genéticamente con poblaciones hindúes cercanas al lago, los restos más modernos, los datados en torno a 1800, pertenecen a personas que parecen emparentadas con poblaciones del Mediterráneo oriental, como los griegos o los cretenses. Quienes eran aquellos viajeros de origen europeo y qué hacían en el Himalaya en aquellas fechas, es algo para lo que nadie parece tener una explicación medianamente coherente. Además, uno de los esqueletos estudiados corresponde a un individuo de origen distinto a los otros dos grupos, que parece tener su origen en el sudeste asiático.


No se ha establecido de manera definitiva el motivo de las muertes de las personas cuyos restos permanecen en el lago. No se han hallado señales de heridas, y tampoco de enfermedad (la mayoría de los restos corresponden a personas adultas y en buen estado de salud). Algunos de los cráneos estudiados muestran señales de violentos golpes en su parte superior propinados con mucha fuerza por algún objeto redondeado. Se sabe que la peculiar climatología local provoca con cierta regularidad tormentas con granizos de gran tamaño, por lo que la idea de que fueran viajeros sorprendidos por una de estas tormentas sin posibilidad de hallar refugio parece bastante verosímil.


En la actualidad, la fama del lago Roopkund ha hecho de la región un destino muy popular para el turismo y los aficionados al senderismo. Esto a la larga está resultando perjudicial para el yacimiento, ya que autoridades y organizaciones locales denuncian que muchos de los visitantes se dedican a llevarse como recuerdo objetos, huesos e incluso esqueletos enteros, y llevan tiempo solicitando la intervención del Gobierno indio para que proteja los restos e impida el deterioro de la zona.

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