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miércoles, 6 de diciembre de 2023

El secuestro de Adolph Coors III

Adolph Herman Joseph Coors III (1915-1960)

Adolph Coors III nació el 12 de enero de 1915 en el seno de una de las familias más adineradas de Norteamérica. Era nieto de Adolph Coors Sr., un inmigrante de origen prusiano que en 1873 había fundado en Golden (Colorado) la Coors Brewing Company, que con el tiempo se convertiría en una de las cerveceras más grandes del mundo (también tendría filiales que fabricarían porcelanas y piezas para misiles, pero esa es otra historia). Aún hoy en día la fábrica central de la marca en Golden sigue siendo la mayor cervecería del mundo.

Adolph III era el nieto mayor y, como tal, estaba destinado a heredar la presidencia de la compañía. Por ello, recibió una esmerada educación, asistiendo a la elitista Phillips Exeter Academy de New Hampshire y a la neoyorquina Universidad de Cornell (a la que también asistieron su padre y su hermano menor Joseph). Adolph fue miembro de exclusivas sociedades de estudiantes como la Quill and Dagger y la Kappa Alpha Society, y durante unos años jugó al béisbol de manera semiprofesional, antes de dedicarse por entero a trabajar en la empresa familiar. En 1940 se casó con Mary Urquhart Grant, con la que tendría cuatro hijos. También era un apasionado del esquí, deporte que practicaba con frecuencia; en 1946 colaboró en la fundación de la Aspen Ski Company, propietaria de varios hoteles y resorts en Aspen (Colorado), y una de las responsables de convertir a la ciudad en uno de los destinos preferentes para los aficionados a los deportes de invierno en EEUU. Adolph formó parte del consejo de administración de la compañía hasta su muerte.

En 1960, Adolph Coors III tenía 45 años y, tras la jubilación de su padre Adolph Coors Jr. unos años antes, era director ejecutivo de la Coors y presidente de su junta directiva. El 9 de febrero de 1960 Adolph salió muy temprano de su casa rumbo a su trabajo, como solía hacer. Poco después un repartidor de leche encontró el coche de Coors, un International Harvester Travelall, abandonado en el Turkey Creek Bridge, un puente de madera cerca de la localidad de Morrison. El coche estaba apagado pero la radio seguía encendida y no había rastro de su ocupante. El lechero llamó a la policía, que tras comprobar que el coche era propiedad de Coors, batió la zona, pero solo encontró sus gafas, su sombrero y varias manchas de sangre.

Desde un primer momento se descartó la hipótesis de una desaparición voluntaria y se consideró como un posible secuestro. Las sospechas se confirmaron al día siguiente cuando Mary Coors recibió por correo una carta mecanografiada en la que se pedía medio millón de dólares por la liberación de su marido. Al confirmarse que se trataba de un secuestro, y por lo tanto era un delito federal, el FBI se hizo cargo de la investigación. Siguiendo sus consejos, Mary trató de ponerse en contacto con los secuestradores para negociar la entrega del rescate; pero por algún motivo no obtuvo respuesta. La carta de rescate fue la primera y la última vez que los captores de Adolph Coors se pusieron en contacto con ella.

El FBI tenía muy pocos indicios para comenzar su investigación. Estudiando la carta de rescate fueron capaces de identificar el modelo de máquina de escribir utilizado, y también vieron que el papel empleado tenía una inusual marca de agua. Más suerte tuvieron en su búsqueda de testigos. Un vecino de la zona afirmó haber visto aquel día, mas o menos a la hora de la desaparición, un Ford Mercury de 1951 de color amarillo en el mismo lugar del secuestro. No recordaba la matrícula completa, pero si que contenía las letras AT y el número 62. El FBI no logró identificarlo, pero ocho días después del secuestro la policía de Atlantic City (Nueva Jersey) les informó de que habían hallado un coche que encajaba con la descripción y que había sido quemado de manera intencionada en un vertedero de la ciudad. El incendio, no obstante, no había conseguido eliminar el número de serie grabado en el motor, que permitió a los federales seguirle la pista hasta un residente de Colorado llamado Walter Osborne.

El FBI pudo averiguar que Osborne había abandonado su apartamento de Denver al día siguiente del secuestro de Coors. Pero también que días antes había comprado una pistola, unas esposas y una máquina de escribir del mismo modelo que el usado para escribir la nota de rescate. Sin embargo, poco más pudieron averiguar sobre él y sobre su pasado. Esta falta de información sobre su origen llevó a los agentes del FBI a sospechar que Walter Osborne no era su auténtico nombre, sino un alias. Finalmente, tras examinar su vida laboral, descubrieron que en uno de sus empleos Osborne había dispuesto de una póliza de seguros y había designado como beneficiario a un hombre llamado Joseph Corbett, residente en Seattle.

Joseph Corbett era un hombre de edad ya avanzada, y como pudo comprobar el FBI, no tenía nada que ver en el secuestro de Adolph Coors. Pero tenía un hijo, Joseph Corbett Jr. que había sido arrestado en 1951 por el robo y asesinato de un sargento de las Fuerzas Aéreas, y que en aquel momento estaba en paradero desconocido tras escaparse en agosto de 1955 de la prisión californiana de Chino. Corbett Jr. se convirtió en el principal sospechoso del secuestro, y el principal objetivo de la investigación del caso, que fue descrita como "la mayor operación del FBI desde el secuestro del hijo del piloto Charles Lindbergh" en 1932. Por aquel entonces aún se trataba oficialmente de un caso de secuestro, pero dado el tiempo que había transcurrido y la ausencia de noticias, las autoridades eran bastante pesimistas en cuanto a las posibilidades de que Coors siguiera con vida.

La carta de rescate enviada por Corbett a la esposa de Coors

Finalmente, el 11 de septiembre de ese mismo año unos excursionistas que practicaban senderismo por las Montañas Rocosas hallaron unos pantalones en un bosque a unas doce millas al suroeste de la localidad de Sedalia. En uno de sus bolsillos se halló una navaja de bolsillo con las iniciales ACIII. Cuatro días después, el 15, eran hallados cerca del Pico Pikes más ropas y restos óseos, incluido un cráneo que gracias a los registros dentales pudo ser identificado como el de Adolph Coors III. Varios agujeros de bala en la chaqueta y la camisa de Coors, así como daños en algunos de sus huesos, indicaban que la causa más probable de su muerte era haber sido tiroteado por la espalda. La hipótesis del FBI es que Corbett había aparcado su coche en el puente fingiendo una avería, y que cuando Coors se acercó a ayudarle, trató de obligarlo a subir a su coche a punta de pistola. Pero Coors había presentado resistencia y, al tratar de huir, Corbett le había disparado por la espalda.

Ahora que se trataba de un caso de asesinato, los esfuerzos del FBI se multiplicaron. Joseph Corbett Jr. pasó a estar en la célebre lista de los diez más buscados por el FBI y su imagen fue ampliamente distribuida, incluso en revistas como el célebre Reader's Digest. En octubre de 1960 dos habitantes de la ciudad canadiense de Vancouver afirmaron haber visto a Corbett en la ciudad. El 29 de octubre Corbett era arrestado por la policía canadiense en un motel y poco después era extraditado a Colorado, donde se le acusó de secuestro y asesinato. Jamás admitió ser el autor del crimen, rechazó declarar en su juicio y hasta el final de sus días siguió proclamando su inocencia.


Al no haber testigos ni pruebas directas, el caso de la fiscalía se basó en pruebas circunstanciales y forenses. El coche sospechoso que habían visto en la zona y que resultó ser el suyo; la carta de rescate, redactada con su máquina de escribir en un papel muy particular que un dependiente de Denver recordaba haberle vendido unos días antes del secuestro; las declaraciones de varios antiguos compañeros de trabajo que afirmaron que Corbett/Osborne solía alardear de tener entre manos un plan que le iba a hacer ganar un millón de dólares; y finalmente, un análisis de muestras de tierra obtenidas de los bajos de su Mercury, en las que se hallaron algunos minerales muy poco corrientes, incluido un tipo peculiar de feldespato rosa abundante en la zona donde se halló el cadáver de Coors. Finalmente, el 29 de marzo de 1961 Joseph Corbett Jr. fue declarado culpable de asesinato y sentenciado a cadena perpetua. Fue puesto en libertad en 1980 por buena conducta, y trabajó hasta su jubilación conduciendo un camión del Ejército de Salvación.

Joseph Corbett Jr. vivió sus últimos años en Denver, a apenas quince kilómetros del lugar donde había secuestrado a Adolph Coors. Solo concedió una entrevista tras su puesta en libertad, en 1996, al periódico The Denver Post, donde reiteraba su inocencia pero renunciaba a tratar de demostrarla porque eso habría atraído mucha atención sobre él y lo único que deseaba era vivir en paz. En agosto de 2009, con 80 años y enfermo terminal de cáncer, se suicidó en su apartamento de un disparo en la cabeza.

Los restos de Adolph Coors III fueron incinerados y, siguiendo la voluntad de su familia, sus cenizas fueron esparcidas en la montaña de Aspen. En 1998 fue incluido en el Colorado Ski and Snowboard Hall of Fame, dedicado a reconocer a atletas y figuras destacadas de los deportes de invierno en el estado de Colorado.

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