Verba volant, scripta manent

viernes, 15 de octubre de 2010

Un rodaje apocalíptico


No cabe duda de que Apocalypse now es una de las grandes películas de la historia del cine, con escenas memorables como el bombardeo al son de la Cabalgata de las Walkyrias . Pero hay que reconocer que su rodaje también fué memorable y daría para otra película.
Iba a ser dirigida por George Lucas, pero no pudo porque estaba ocupado rodando no se que película de ciencia-ficción (La guerra de las galaxias o algo así creo que se titulaba), por lo que el director acabó siendo su amigo Francis Ford Coppola. El argumento de la película, inspirado en el libro de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas, es bien conocido. El capitán Willard, del ejército norteamericano recibe órdenes de remontar un rio en el corazón mismo de la selva vietnamita para encontrar y eliminar al coronel Kurtz, un brillante oficial que ha desertado y creado un ejército de nativos en mitad de la selva. La película se rodó en Filipinas, en escenarios naturales. Desafortunadamente, en pleno rodaje un tifón destrozó los decorados. Además los helicópteros que salen en el filme eran prestados por el ejército filipino, y de vez en cuando tenían que dejar el rodaje para irse a bombardear de verdad posiciones de la guerrilla. La mayoría de los diálogos tuvieron que ser regrabados a posteriori por la mala calidad del sonido y el ruido constante de los helicópteros. El perfeccionista director Francis Ford Coppola quiso, para aumentar el realismo del filme, que en determinadas escenas los cadáveres fuesen reales. Así que contrató a un tipo que se los suministraba diciendo que se los compraba a las facultades de medicina, pero luego se supo que lo que hacía realmente era robarlos de los cementerios.
El propio Coppola, agobiado por los problemas técnicos, burocráticos y económicos, sufrió una angina de pecho y tuvo que ser ingresado por desnutrición en un hospital; perdió 30 kilos durante el rodaje. Quizá tuvo algo que ver el hecho de que, pese a estar casado con su novia de toda la vida (en realidad, siguen casados) mantenía uns doble relación extramatrimonial durante el rodaje, con una de las actrices del reparto (que interpretaba a una conejita de Playboy) y con una fotógrafa y documentalista que hacía un reportaje.
Lo del reparto tiene su miga. Harvey Keitel (el señor Lobo de Pulp Fiction) fué el primer elegido para el papel de Willard. Pero Coppola nunca acabó de verlo en el papel y con el rodaje ya avanzado decidió despedirlo y volver a rodar todas sus escenas. Intentó conseguir a un actor famoso, pero Al Pacino, Jack Nicholson o Robert Redford, entre otros, rechazaron el papel, así que tuvo que conformarse con un actor semidesconocido llamado Martin Sheen. Sheen se pasó el rodaje borracho, fumado o las dos cosas a la vez. En una de las escenas, Willard rompe un espejo de un puñetazo. Pues bien, esa escena es real. Sheen iba tan puesto mientras la rodaba, que se emocionó, pensó que quedaba bien y le soltó un puñetazo al espejo. El corte y la sangre que sale de él son rigurosamente reales. Además, también sufrió un infarto. Llegaron a administrarle la extremaunción, pues pensaban que no salía con vida. Sin embargo, sobrevivió y se recuperó incluso para terminar la película. Otro de los protagonistas, Dennis Hopper, también se metía de todo (y también otros de los intérpretes, como Sam Bottoms), así que Coppola tuvo que suprimir la mayoría de sus escenas del montaje final.
Caso aparte fué Marlon Brando. Llegó al rodaje con un espectacular sobrepeso, la cabeza afeitada y sin saberse el papel. Su aspecto era tan desastroso que Coppola decidió rodar todas sus escenas en la penumbra, para disimularlo. Y Brando no paró de poner pegas y dificultades. Al parecer cobraba por tiempo de rodaje, y con tanto problema que causó logró que sus escenas, que habían sido programadas para una semana, exigiesen tres.
Cuentan que Coppola llegó a rodar 200 horas de metraje, que se quedaron en las dos horas y media que duraba la versión estrenada en cines. En 2001 se editó Apocalypse now: Redux, una nueva versión que incluía casi una hora más de metraje inédito.
Como última curiosidad, pese a todo el horror que muestra el filme, muerte, devastación, atrocidades, la crítica feroz a las guerras, al militarismo y la negativa imagen que daba de los militares, sólo hubo una escena que le censuraron explícitamente a Coppola. Transcurre cuando Willard y su patrulla llegan a una plantación propiedad de una familia francesa, y le prohibieron incluírla... porque aparecía una mujer desnuda. Ay, señor, señor.

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