Verba volant, scripta manent

domingo, 14 de julio de 2019

Los Trece Sucios



Fue una unidad militar singular. Broncos, indisciplinados, problemáticos incluso en algunas ocasiones. pero también tenían fama de ser los más duros entre los duros, los que eran encargados de las misiones más peligrosas. Su nombre oficial era el de 1ª Sección de Demoliciones del 506º Regimiento de infantería Aerotransportada, pero se hicieron célebres con un apodo mucho más explícito: The Filthy Thirteen, Los Trece Sucios.

Los Trece Sucios nacieron como una unidad especializada, destinada a misiones muy específicas y de alto riesgo tras las líneas enemigas: sabotaje, infiltración, exploración, asesinatos selectivos, destrucción de objetivos estratégicos. Encuadrados dentro del 506º Regimiento (célebre gracias a la serie de televisión Hermanos de sangre), la unidad estaba formada por dos grupos de seis hombres mas un sargento, a las órdenes del teniente Charles Mellen. Unos se unieron voluntariamente a la unidad, otros no tanto, pero todos tenían en común un cierto desprecio por la rígida disciplina militar, que les había causado (y les causaría más tarde) algún que otro problema con sus superiores. Sometidos a un intenso entrenamiento en suelo inglés, muchos dicen que su apodo, más que a su comportamiento, se debía a su costumbre de ducharse y afeitarse solo una vez por semana, para poder luego utilizar el agua para cocinar el fin de semana, generalmente alguna pieza de caza capturada de manera furtiva en los bosques cercanos a su campamento.

Durante el desembarco de Normandía, los Trece Sucios fueron lanzados en paracaídas tras las líneas enemigas con la misión de capturar o destruir tres estratégicos puentes sobre el río Douve, misión que coronaron con éxito pese a las grandes bajas que sufrieron: cuatro muertos (incluido el teniente Mellen, abatido al poco de tomar tierra), otros tantos heridos y tres capturados. La enorme cantidad de bajas hizo necesaria la llegada de nuevos hombres para reemplazar a los ausentes.

James Elbert McNiece (1919-2013)
Tras la muerte de Mellen, el liderazgo de la unidad pasó al sargento Jake McNiece, al que muchos consideraban el verdadero líder del grupo. McNiece, natural de Oklahoma, era un antiguo bombero y trabajador de la construcción, experto en explosivos, que se había alistado meses después del ataque a Pearl Harbor, y cuyo fuerte carácter le había provocado más de un enfrentamiento con sus superiores. Ya bajo el mando de McNiece los Trece Sucios tomaron parte, junto al resto del 506º, en la toma de la localidad de Carentan, luchando calle por calle y casa por casa, que se prolongó durante cuatro días.

La popularidad de los Trece Sucios aumentó enormemente tras la publicación, poco después del desembarco de Normandía, de un artículo en el periódico militar Stars and Stripes titulado "El escuadrón de los Trece Sucios, sin rival en el grupo de salto", que incluía fotografías icónicas del grupo tomadas pocas horas antes de la invasión, con las cabezas rapadas con una cresta al estilo mohawk y aplicándose pinturas de guerra en la cara (a pesar de que las normas militares lo prohibían). La idea había sido de McNiece, quien tenía antepasados choctaw y creyó que era una buena manera de honrar su herencia, además de darle confianza a sus hombres.

Clarence Ware y Charles Plaudo, miembros de los Trece Sucios, horas antes del desembarco de Normandía

Durante la Operación Market Garden, de nuevo los trece Sucios fueron lanzados en paracaídas tras las líneas alemanas, con la misión de asegurar y defender tres puentes sobre el río Dommel en la ciudad holandesa de Eindhoven. De nuevo los Trece Sucios cumplieron su misión pese a las grandes bajas: la mitad de ellos resultaron muertos o heridos a causa de la artillería alemana. La misión le valió a McNiece el ascenso a sargento de pelotón, y poco después dejaba la unidad y solicitaba el traslado a los Pathfinders, otra unidad altamente especializada, encargados de señalizar las zonas de aterrizaje en los grandes movimientos de tropas aerotransportadas. Varios de los Trece Sucios originales siguieron a McNiece y se trasladaron también a los Pathfinders.

Tras su marcha, el mando de los Sucios pasó al sargento Jack Womer, quien lo conservaría hasta el final de la guerra. Bajo su mando los Trece Sucios tomaron parte en la Batalla de la Ardenas y en la toma de la residencia de montaña de Adolf Hitler en Berchtesgaden, además de otras misiones menores como proteger centros de mando y asegurar líneas de comunicación. Más de una treintena de hombres formaron parte de los Trece Sucios a lo largo de la campaña europea, y más de la mitad de ellos murieron o fueron heridos durante sus misiones. De todos ellos, Womer fue el único miembro original del grupo que tomó parte en las principales misiones de la unidad.

Tras la guerra, la mayoría de los antiguos miembros de los Trece Sucios dejaron el ejército y regresaron a la vida civil. El sargento McNiece regresó a Ponca City (Oklahoma), la ciudad donde se había criado, y trabajó como cartero durante 28 años, hasta su retiro. Murió en 2013, a los 93 años de edad. Jack Womer se instaló en Dundalk (Maryland) y trabajó en una siderurgia durante cuarenta años. En 2012 publicó su autobiografía, Luchando con los Trece Sucios, y murió al año siguiente, a los 96 años, siendo el último de los miembros del grupo en morir. Otro conocido miembro de los Trece Sucios, el soldado Jack Agnew, quien diría de aquella unidad que "No éramos asesinos ni nada parecido, simplemente no hicimos todo lo que debíamos de hacer de cierta manera e hicimos mucho más de lo que ellos querían que hiciéramos de otra forma. Siempre estábamos en problemas". Agnew trabajó en una empresa eléctrica hasta su jubilación y a principios de 2010 se reunió durante un encuentro de veteranos en Louisville (Kentucky) con otros tres supervivientes de los Trece Sucios: Jake McNiece, Jack Womer y Robert Cone. Agnew moriría apenas unos meses después, a los 88 años de edad.


La historia de los Trece Sucios inspiró la novela de E. M. Nathanson The Dirty Dozen, la cual a su vez fue llevada al cine en 1967 con el título Doce del patíbulo.

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