Bass Reeves (1838-1910) |
El Llanero Solitario (en su versión original, Lone Ranger) es una figura destacada de la cultura popular norteamericana. Este personaje, un antiguo Ranger de Texas, único superviviente de una patrulla emboscada por una banda de forajidos que se dedicaba a combatir el crimen ocultando su identidad bajo un antifaz, apareció por primera vez en 1933 como protagonista de un serial radiofónico de la emisora WXYZ de Detroit, y su éxito fue tan rotundo que no tardaría en dar el salto a otros formatos: novelas, comics, series de televisión y, finalmente, el cine; casi siempre, acompañado por la sintonía de "La marcha de los soldados suizos", tomada de la obertura de la ópera Guillermo Tell de Gioachino Rossini, que se convertiría en su banda sonora por excelencia. Sus creadores se basaron para crearlo en varias figuras legendarias del Salvaje Oeste, aunque muchos señalan como principal inspiración del personaje a Bass Reeves, un antiguo esclavo que se convirtió en uno de los U.S. Marshalls más célebres de la historia.
Bass Reeves nació en julio de 1838 en Crawford Country (Arkansas). Él y su familia eran propiedad de William S. Reeves, parlamentario de Arkansas que años después se trasladó a Texas. Bass pasaría luego a pertenecer al hijo de Reeves, George R. Reeves, sheriff y político. Al estallar la Guerra de Secesión (1861-65) George Reeves acudió al frente en las filas del ejército confederado, llevándose consigo a Bass. Sin embargo, durante la contienda Bass logró escapar después de golpear y dejar sin sentido a su amo (según la tradición, la pelea fue debida a una partida de cartas). Bass huyó a territorio indio, viviendo entre los nativos durante años y aprendiendo la lengua y las costumbres de las principales tribus de la región: los cherokees, los semínolas o los creek. Después de la abolición de la esclavitud regresó a Arkansas y compró una granja cerca de la localidad de Van Buren, donde se instaló con su esposa Nellie Jennie, con la que tendría once hijos. Convertido en un próspero ranchero, ocasionalmente sirvió como guía y traductor para los U.S. Marshalls y el juzgado de Van Buren, que tenía autoridad sobre territorio indio.
Y así, hasta que en 1875 el gobierno nombró juez federal con jurisdicción sobre el territorio indio a Isaac Parker, con el objetivo de poner orden en la región, que se había convertido en un refugio para numerosos forajidos y criminales buscados por la ley. Parker nombró a James F. Fagan, antiguo general confederado, como U.S. Marshall, encargándole el reclutamiento y dirección de dos centenares de agentes que actuasen directamente bajo sus órdenes. Fagan había oído hablar de Reeves; su conocimiento del territorio y sus habitantes, unido a su imponente presencia física (medía más de metro ochenta), su fama de gran tirador y de hombre honrado, le hacían un candidato idóneo para el puesto. Además, tratándose de un hombre negro, eso le daba cierta ventaja con los indios, los cuales a fuerza de experiencia habían aprendido a desconfiar de los blancos. Bass Reeves no dudó en aceptar el ofrecimiento de Fagan, convirtiéndose en el primer agente federal negro al oeste del Mississippi.
Bass Reeves no tardó en demostrar unas enormes aptitudes como agente de la ley, hasta el punto de que acabó convirtiéndose en una figura legendaria y llegando incluso a ser conocido como "el Marshall invencible". Lo cierto es que la misión a la que Reeves y sus compañeros se enfrentaban era de aúpa: restablecer la ley en la jurisdicción de Parker, con sede en Fort Smith (Arkansas) y que abarcaba 75000 millas cuadradas, la mayor del país, que en buena parte hasta aquel momento habían estado fuera de la jurisdicción federal y estatal. Pero Reeves pronto se convirtió en uno de los agentes más valiosos de Parker. Pese a que nunca aprendió a leer y escribir, tenía una memoria excelente, y bastaba con que alguien le leyese las órdenes de arresto para que luego las recordase sin problemas; jamás capturó al hombre equivocado. Su gran fuerza física y su habilidad como tirador le hacían un enemigo temible, lo que se unía a su carácter implacable una vez que se enfrascaba en la persecución de un fugitivo. Además, Reeves mostró una serie de talentos ocultos para la investigación criminal; recurría frecuentemente a disfraces e identidades falsas para conseguir información sobre sus objetivos sin despertar sospechas. En 1901, cuando todavía le quedaban algunos años para su retiro, Reeves ya se atribuía haber llevado ante la justicia a más de 3000 criminales; entre ellos, célebres delincuentes como la forajida Belle Starr o Bob Dozier, un famoso asesino, cuatrero y ladrón de bancos, a quién abatió en persona. Durante su carrera, Reeves mató a 14 personas, todas en defensa propia, y nunca fue herido, aunque en una ocasión su sombrero y en otra su cinturón recibieron el impacto de balas que buscaban acabar con él.
La honradez y la incorruptibilidad de Reeves quedaron demostradas cuando persiguió, arrestó y entregó a la justicia a su propio hijo, Benjamin, acusado del asesinato de su esposa. Benjamin acabaría condenado a cadena perpetua, aunque luego sería liberado después de varios años en prisión.
Bass Reeves sirvió como Marshall en Arkansas hasta 1893; entre 1893 y 1897 estuvo a las órdenes del Distrito Oriental de Texas en Paris (Texas); y entre 1897 y 1907 en el Juzgado Federal de Muskogee (Oklahoma). En 1907, cuando Oklahoma se convirtió oficialmente en un estado, Reeves renunció a su placa de Marshall, a los 68 años y tras 32 de carrera como agente federal, y se incorporó al Departamento de Policía de Muskogee, donde permaneció durante dos años (según algunas fuentes sin confirmar, durante esos dos años no se denunció ni un solo delito en Muskogee). Obligado a retirarse definitivamente en 1909 debido a sus problemas de salud, falleció en Muskogee el 10 de enero de 1910, a los 71 años de edad, a causa de la enfermedad de Bright (una nefritis crónica que provoca hipertensión y problemas cardíacos).
En 1972 Paul L. Brady, sobrino nieto de Reeves, se convirtió en el primer afroamericano en ser nombrado juez federal administrativo en los Estados Unidos.
Gracias por este regalo de de año nuevo! Cómo siempre ampremndemos algo nuevo gracias a usted.
ResponderEliminarGracias a usted por visitar mi blog. Me alegro de que le haya gustado.
EliminarUn saludo.
Como de costumbre, la realidad supera a la ficción. Y es una lastima que nadie se preocupase de escribir o transcribir sus memorias, esos años viviendo entre los nativos debieron ser muy interesantes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si, una verdadera lástima que no se preocupara de dejar unas memorias sobre su vida. Habría sido una lectura fascinante.
EliminarUn abrazo, Rodericus.