Verba volant, scripta manent

jueves, 23 de febrero de 2023

Siete películas modestas y originales que vale la pena ver (V): En este rincón del mundo (Kono Sekai no Katasumi ni) (2016)



Una pequeña maravilla del cine de animación japonés, realizada con el mimo y la precisión de un artesano. Dirigida por Sunao Katabuchi y basada en un manga de la escritora Fumiyo Kōno que ya había sido llevado al cine con actores de carne y hueso en 2011, con una narración sutil y limpia, es una película que a pesar de la dureza de algunos momentos, no se regodea en el sufrimiento de los personajes y mantiene un halo de esperanza hasta el final.

Aunque su producción comenzó en 2012, no se estrenaría hasta noviembre de 2016. Contando con un presupuesto relativamente bajo de 250 millones de yenes (como comparación, la primera película de la saga Pokemon, estrenada casi veinte años antes, tuvo un presupuesto de 350), parte de los cuales se recaudaron mediante una exitosa campaña de crowdfunding, el guión fue escrito por el propio Katabuchi y su esposa, la también directora Chie Uratani. Katabuchi recreó con un detallismo absoluto paisajes y personas de la época, recurriendo incluso a fotografías aéreas antiguas y a entrevistas con ancianos que habían vivido aquellos tiempos. Pese a tratarse de animación para un público más bien adulto, tuvo un gran éxito de taquilla y recibió numerosos premios, incluido el de la Academia Japonesa de Cine a la mejor película de animación del año. Su éxito hizo que en 2019 se estrenara una versión extendida con 40 minutos adicionales de metraje, que se llamó Kono Sekai no (Sara ni Ikutsumono) Katasumi ni (En este (y otros más) rincones del mundo) y a cuyo preestreno acudieron los emperadores Naruhito y Masako, y su hija la princesa Aiko.

La película se ambienta en las décadas de 1930 y 1940. Suzu es una joven optimista y jovial, a la que le encanta dibujar, que vive en Hiroshima con su familia, propietaria de una pequeña tienda de venta de algas comestibles. En 1943, cuando tiene 18 años, Suzu deja su hogar para casarse con Shusaku, que trabaja en un astillero en la ciudad de Kure, a unos 12 kilómetros de Hiroshima, donde está la principal base naval de Japón. Su carácter amable y positivo hace que sea acogida afectuosamente por su familia política y sus nuevos vecinos. Son tiempos felices para el joven matrimonio, por más que los ecos de la guerra empiecen a escucharse cada vez más cercanos, y algunos de sus seres queridos, como su hermano mayor Yoichi y su amigo de la infancia Tetsu, sean enviados a combatir. Pese a que Suzu intenta mantener alto su ánimo y el de los que la rodean, los terribles efectos del conflicto empiezan a sucederse: la escasez, el racionamiento de alimentos, los bombardeos de la aviación norteamericana, la muerte de su hermano y de su sobrina Harumi y, finalmente, la terrible conmoción que supone el bombardeo atómico sobre Hiroshima. 

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