domingo, 21 de julio de 2013
Francotiradores (XIV): Chris Kyle, "el diablo de Ramadi"
Christopher Scott Kyle (8/4/74-2/2/13) nació en Odessa (Texas), en el seno de una de esas familias ultrarreligiosas y apasionadas por las armas tan típicas del rural norteamericano. Tuvo su primer rifle a los ocho años y solía salir a cazar en compañía de su padre.
Tras terminar el instituto, Kyle trató de convertirse en un profesional del rodeo; pero un accidente en el que se destrozó un brazo puso fin a su carrera. Quiso entonces entrar en el ejército; solicitó su ingreso en los marines en 1998, con el objetivo de intentar luego pasar a los SEAL, el cuerpo de operaciones especiales. Pero, debido a las secuelas de la herida de su brazo, no fue admitido. Sin embargo, no se dio por vencido y, tras insistir, logró que lo aceptaran. En 1999, accedió a los SEAL recibiendo entrenamiento específico como tirador a larga distancia y pasó a formar parte del Equipo 3 de los SEAL, en la compañía Charlie, como francotirador.
Fue enviado a Irak nada más comenzar la guerra, en 2003. Sirvió en ella durante cuatro reemplazos, durante los cuales se le atribuyen oficialmente las muertes de 150 enemigos (de manera extraoficial, se habla de hasta 255). Superaba así el record de 109 bajas que hasta entonces tenía Adelbert Waldron desde 1969. Su blanco más difícil: abatir a un insurgente armado con un lanzagranadas RPG a más de 2100 metros de distancia. Su eficacia le valió el apodo entre la resistencia irakí de Shaitan Ar-Ramadi, "el diablo de Ramadi". Llegaron a ofrecer una recompensa de 20000 $ a quien lo matase, que iría subiendo hasta los 80000 $. Fue herido de bala en dos ocasiones, y en otras seis, el vehículo en el que iba resultó afectado por la explosión de trampas explosivas. Sus acciones le valieron dos Estrellas de Plata, cinco Estrellas de Bronce, dos Achievement Medal de los marines y una Commendation Medal.
A lo largo de su servicio, Kyle utilizó diversos modelos de rifle para sus operaciones: un McMillan TAC-338, un MK-12 o una Carabina M4, empleando munición especial para larga distancia, como la .338 Lapua-Magnum o la .300 Winchester Magnum.
En 2009, Chris Kyle dejó la Marina con honores, para poder dedicar más tiempo a su esposa Taya y sus dos hijos. Tras instalarse en Midlothian (Texas), se dedicó a numerosas actividades. Fundó una compañía de seguridad privada, Craft International, dedicada a proporcionar entrenamiento especializado a soldados y miembros de las fuerzas de seguridad. También colaboró con la ong FITCO Cares Foundation, dedicada a proporcionar ayuda a veteranos de guerra sin recursos con discapacidad o trastorno de estrés postraumático. Incluso participó en un reality-show de la cadena NBC llamado Stars Earn Stripes, en el que diversas celebridades se someten a entrenamientos de combate de la mano de instructores veteranos. En 2012 publicó un libro autobiográfico, American Sniper, que resultó un gran éxito de ventas.
Irónicamente, Kyle, que había sobrevivido a tantos combates y situaciones peligrosas en Irak, murió asesinado muy cerca de su casa, el 2 de febrero de 2013. Estaba con su amigo Chad Littlefield en un campo de tiro en el condado de Erath cuando fueron asesinados a tiros por Eddie Ray Routh, un ex-marine que fue arrestado poco después. Sus motivos no están claros, pero se cree que Kyle y Littlefield habían acudido al campo para tratar de ayudar a Routh a superar el estrés postraumático que padecía desde su vuelta del frente.
El entierro de Kyle fue multitudinario. Tras un servicio religioso en su memoria celebrado en el estadio de los Dallas Cowboys en Arlington, su cuerpo fue trasladado desde Midlothian al cementerio estatal de Austin, en un desfile funerario acompañado de miles de personas, durante más de 300 kilómetros.
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Te faltan hostorias de francotiradores argentinos en Malvinas
ResponderEliminarMe dejé unos cuantos francotiradores en el tintero porque si no la serie se hacía demasiado larga, pero no descarto retomarla más adelante y dedicar algún post a francotiradores argentinos como el cabo Codemil.
EliminarHoy se ha hecho pública la sentencia de Eddie Ray Routh: culpable de doble asesinato y condena a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Se han desestimado los atenuantes de enfermedad mental por sufrir estrés postraumático y la adicción al alcohol y las drogas.
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